“Fere libenter homines, id quod volunt, credunt”.
Julio César.
“La gente casi siempre cree de buena gana lo que quiere”
Hace semanas que tuvieron lugar las últimas elecciones. Nos advertían casi como si de una profecía del final de los tiempos se tratara, que en ésta ocasión no sólo se dirimían cuestiones autonómicas y municipales. Una suerte de “ensayo de las generales”, entre llamadas al miedo por una parte, y seguidismo de la alegría hacia un mundo nuevo por la contraria. Eran tan evidentes las diferencias, tan notorias las zonas de colisión, tan pre-claras las líneas rojas, que en algunos casos no sólo se despotricaba contra en adversario político,- en éste país se presentan para borrar lo que ha hecho el anterior, no para avanzar-, se llegaba de pleno al insulto y descalificación personal.
Poner fin a los desmanes, las corruptelas, las malas formas y usos de privilegios por parte de quienes nos gobiernan, fueran del signo que fueran, y cuando eso tuviere lugar, era la punta de lanza de un mensaje, una letanía machacona, “son La Casta”, los apestados no sólo sociales, sino causantes y culpables con dolo del trato plebeyo al que nos han estado sometiendo en los años de la democracia. Guardaban los parabienes para sí y los suyos, condenando al abandono, dejadez y tristeza a la población. Vistos los hechos, desde luego no es muy difícil vender la mercancía, salvo por un pequeño pero: es ese mismo sistema que quieren deshacer, el que brinda la Constitución, quien nos ha permitido saber lo malo, y aunque sea con desesperante tardanza, y cuando menos con excesiva dulzura en los reproches judiciales, juzgar los hechos.
Han transcurrido semanas, todos son amigos, las líneas rojas se diluyen en el olvido, los insultos, por graves que fueran, se entienden como exabruptos involuntarios producidos en el fragor de la contienda. Los principios…, bueno los principios, mejor empezamos de nuevo; entre bomberos no nos pisamos la manguera.
Los de un lado como los de otro son hijos de los medios de comunicación. Provengan de las generaciones nuevas, o de los jóvenes del partido su denominador común son las series de tv. No es culpa mía, pero ahora en las esquelas tienen los míseros bemoles de poner “El joven Menganito falleció a los 45 años…”. Criados a la sombra de la organización, estudiando con todas las facilidades del mundo, con los gastos resueltos, sin carencias y horizonte despejado para medrar, quienes provienen de las fuerzas clásicas no entienden por qué la sociedad no les comprende, eso en horario de trabajo claro está…. Los recién aterrizados por su parte, fueron a su vez creados por las becas y ayudas que la sociedad les ha ido brindando, gracias al sistema que ahora quieren deshacer. Entre unos y otros, dudo que sumen la suficiente vida laboral fuera de la política, de las becas y clases , como para que uno sólo de sus conciudadanos de su misma edad pueda garantizar el 100% de su jubilación. Unos veían Sensación de vivir y Melrose Place, otros presumen de Juego de tronos. Parece ser que los únicos normales de esa quinta fueran los que pasaban las tardes del fin de semana persiguiendo ranas, escopeteando con perdigones, jugando al quimicefa, y barrabasadas varias por el estilo y veíamos películas del Oeste, pero no todo el mundo fue tan afortunado ni aprendió tanto.
La Medicina se estudia para aprender a aliviar los padecimientos ajenos, desde la experiencia, y en baso a la acción-reacción, causa-efecto, se avanza en busca de una mejor calidad de vida para el ser humano. La Veterinaria igual, más con la ventaja de saber qué salud tiene el paciente que te vas a comer sin que sea delito. La Ingeniería busca soluciones de todo tipo, para todos los problemas existentes, aprendiendo de lo aprovechable del pasado y estrujando la sesera buscando nuevos caminos. En la Arquitectura compaginar los nuevos espacios, formas, materiales, aprovechamientos energéticos en todas sus variables, es un todo para avanzar. En el Periodismo, hacer llegar la información con los datos más claros, precisos, concisos, adaptados al nivel de entendimiento del individuo hacia quien va dirigida dicha información, objetiva, veraz, contrastada y dejando el mayor margen posible a la formación de un criterio propio por parte del receptor. En Ciencias Políticas debería ser igual, pero veo yo que en vez de aprovechar los conocimientos sobre los aspectos que mejor han funcionado desde el punto de vista económico y social en los avances de nuestra civilización, tal parece que sólo aprovechamos los conocimientos de cómo llegar al poder, perpetuarse en el mismo, permitir el arribismo y compadreo y prescindir de quienes discrepen y osen ponernos en cuestión. Mezcla de Goebbles, y Pol Pot con ritmo caribeño, todo vale con tal de llegar, y ¿Llegados qué?. La duda ofende, –¿Qué hay de lo mío?.
No se ha oído una sola propuesta, salvo generalidades tipo deseos de aspirante a Miss Universo en su concurso de belleza. ….- Y quiero la paz en el mundo. Es sí, los sueldos se tocan, unos dicen que a la baja, claro está que 2.500 al mes lo ven bien, porque fuera de la política no los han olido en la vida por trabajo alguno conocido. Tras la firma de acuerdo, en primera comisión municipal como en Getafe, ya se encargaron de subir el 117% los emolumentos a percibir.
-¿La familia?
– Bien, gracias. Parejas, sobrinos, primos y demás parentela dejarán observatorios, fundaciones, y similares para permanecer unida. Se reparten móviles de última generación, lo más caro y lo mejor, y digo yo, en la empresa privada cuando uno sale, el que entra hereda el material… el coche oficial mola tras un día de bicicleta. En algunos lugares aún están negociando, y dicen los entendidos que eso empezó en una cena en Madrid, y acabó de pulirse la mayor parte, en otra que tuvo lugar a escondidas y de la que sabemos el menú de tortilla, ensalada y pescado. No sé yo, si en un guiño a lo más depurado del marxismo, a cada propuesta del camarero en la mesa se oía la bocina y una voz que decía.
– ¡¡¡ Y dos huevos duros!!!
El gran Groucho tenía casta, éste par, caspa; más de lo mismo sin saber disimularlo.