Cómo se tuercen a veces las cosas para mal. Al ver el Sporting-Sevilla escribí: ‘Esto es un equipo’. Y lo fue. Luego se lesionó Gregory. Había que tomar una decisión a mi juicio fácil: poner a Iván. Cambiar un defensa central por otro y santaspascuas. Aunque este año no estuvo fino, el Iván de la pasada temporada, en especial de la segunda vuelta, fue notable, claramente mejor que el galo. El plan B, en caso de dudar del plan A, sería retrasar a Gálvez, que también es central, para poner en su lugar a André. Eran las dos opciones lógicas, pero Clemente, que armó un gran bloque ante el Sevilla, la lió bien liada poniendo a Órfila de defensa central en Granada. El joven estaba siendo cumplidor en su puesto, lateral, pero en el centro de la zaga no pinta nada, no tiene madera de defensa central y eso se nota incluso antes de empezar el partido (leo en internet que Órfila mide 1,75 y pesa 67 kilos. ¿Central? Lo último. Un central debe ser corpulento, con carácter, duro, echar unos buenos lapos y si pasa de los 30 años mejor que mejor).

Erró Clemente en Granada y erró Clemente en Gijón, empecinado en dejar abierta una vía de agua en defensa que hizo que el Mallorca pareciera el Barça. No tiene culpa Órfila. Simplemente está desubicado y un desajuste tan rotundo en el eje de la zaga deja descompensado a todo el equipo. Posiblemente Clemente no haya querido mandarlo al banquillo, una vez recuperado el mejor Lora, en agradecimiento por los servicios prestados. Pero mal servicio ha hecho al conjunto. Su veteranía quedó anoche en evidencia repitiendo, curiosamente, el mismo error garrafal de Granada. Órfila no es defensa central. Que no insista más, por favor; aunque vista la clasificación creo que ya podemos relajarnos, dejar de sufrir y fumarnos todos unos petas para aliviar el dolor.

Qué curioso que los técnicos no vean lo que vemos, con meridiana nitidez, todos los no técnicos. Ganan una pasta, están las 24 horas con los jugadores y ponen a Órfila de central, a Rivera en la grada y a Cases de titular después de decir que no valía para pelear. Anoche Nacho Cases fue el mejor del Sporting. Y volvimos a ver los destellos de De las Cuevas tras su lesión. Tal es la igualdad entre iguales que un error en la alineación decide un partido. Ayer teníamos en juego tres puntos vitales, pero dimos una irreparable sensación de fragilidad en defensa desde el minuto uno. También es curioso que el mister no diera el brazo a torcer siquiera en el descanso y continuara con la alineación equivocada pese a la que estaba cayendo. Creía y creo en Clemente para intentar el milagro. Pero la frivolidad de anoche sitúa en el terreno de la épica la permanencia. Como creo que a cabezón le ganan pocos (Preciado y dos más), igual pone a Órfila de delantero centro este domingo en la Catedral y hace un hat-trick como Soldado. Ojalá.