Aquellos maravillosos juguetes | Campo y playu - Blogs elcomercio.es >

Blogs

Adrián Ausín

Campo y playu

Aquellos maravillosos juguetes

Queridos Reyes Magos: un escalextric, un monopoly, dos geyperman, un tente, vida salvaje, un camión de plástico… Un buen día, bastantes años después de dejar de ser niño, apareció por casa una carta a los reyes escrita por quien suscribe con una letra temblorosa, muy gruesa, donde lo que más llamaba la atención era la total ausencia de protocolo. Iba directo al grano, sin circunloquios. No preguntaba por la salud de sus majestades, ni por su viaje, ni siquiera decía aquello de que había sido muy bueno en el año saliente. Metía la directa a por los regalos. Hoy, evidentemente, destacaría otro hecho probatorio del paso del tiempo: el tipo de regalos pedidos. De aquélla la mayor tecnología era una bicicleta. Todo lo demás eran ‘plásticos’ en muchos formatos, con los que jugarías con tus hermano cientos de horas. Qué tiempos aquellos, ¿verdad?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El primer gran cambio de hoy en día es que no existen los hermanos. Muchas parejas tienen un hijo, que tendría muy crudo jugar al Monopoly con alguien. O tienen dos, pero son chico y chica con gustos bien diferentes. Así que el rey de reyes es la consola, la maquinita o el teléfono móvil. Qué triste tigre. De aquel sofá azulón de la sala de estar lleno de paquetes que abrías con frenesí mientras mirabas de reojo los de tus hermanos te vienen a la mente muchos juegos colectivos. El Monopoly, con sus largas sesiones de tarde comprando pisos por toda España en un cuadrilátero de cartón con aquellos billetes falsos que manejabas con tanto placer. En Vida Salvaje ibas haciendo un recorrido por los cinco continentes comprando animales. No se me olvida la carta del koala. Algo pasaba con ella. Quizá fuera muy caro. El Cluedo te planteaba la resolución de un asesinato entre unos personajes, todos con cara de sospechos. El Magia Borrás te enseñaba trucos. El Quimicefa, química. El Autocross era una gozada. Un circuito redondo sobre el que se desplazaba un pequeño coche que conducías con un volante y marchas. Tenía numerosos parterres, una pequeña casa y una gasolinera delante. A este último juego le aplicamos el más difícil todavía. Primero tú colocabas en los parterres y en las esquinas veinte soldaditos de plástico que luego tu hermano mayor debía derribar con el coche sin estrellarse. Luego él te los preparaba a ti. A los camiones de plástico les atabas una cuerda a su chasis delantero para conducirlos por la calle cargados con alguna suerte de material. Cuando volcabas en un bordillo soltabas unos cagamentos terribles.

Un último recuerdo, el más duradero en el tiempo, es el de la combinación del Tente con los soldados de plástico. Desplegabas a un lado del pasillo todo tu ejército protegido por barreras construidas con la mitad de las piezas del Tente. Tu hermano hacía lo propio en la otra mitad. Cuando estaba la batalla preparada, empezaba el ataque. Primero uno tiraba una canica contra el enemigo. Luego el otro. Así durante horas, con parones para limpiar de muertos el campo de batalla o para ir a hacer pis, con la inquietud de que el rival te resucitase a algún efectivo aprovechando la ausencia. Todas aquellas guerras, todos los combates sobre tableros, todos los juegos colectivos fueron construyendo el paso del niño al adulto, ese delicado desfiladero por donde todo el mundo ha de pasar en su vida. Hoy ese tránsito está totalmente digitalizado. Es tan estrecho que sólo se puede atravesar de uno en uno. Por donde antes caminaban ruidosos niños en grupos hoy pasan silenciosos niños solitarios con los cascos puestos, sin más atención que la maquinita que llevan en la mano. Tan absortos van a lo suyo que temes que se despeñen.

Temas

Gijón y otras hierbas

Sobre el autor

Adrián Ausín (Gijón, 1967) es periodista. Trabaja en el diario EL COMERCIO desde 1995. Antes, se inició en la profesión en Bilbao, Sevilla y Granada. En 2019 escribió para el Ateneo Jovellanos el catálogo 'Gijón Escultural'. Luego publicó la novela por entregas 'Cilurnigutatis Boulevard' en Amazon (2021). De la comedia pasó a la tragedia, sin anestesia, en la distopía 'El buen salvaje' (2022), donde denuncia los peligros para el hombre del abuso de las nuevas tecnologías. 'García' (2023) se pasa al costumbrismo con todos los ingredientes de la novela clásica, ambientada en el Gijón de 1979.


enero 2014
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031