Todas las vicisitudes de un cazador, en el acierto o en el fracaso, han llegado siempre acompañadas de la presencia de un perro.
Llanes. Los monteros de la cuadrilla número 11 de Socoa trabajan con perros del encaste grifón Azul de Gascuña, pero alguno de sus miembros, procedente de Cantabria, se acompaña de canes surgidos con cruces a partir de viejos sabuesos españoles.
Parres. Olegario Fernández se acompaña del grifón astur-cántabro, un perro que ofrece extraordinarios resultados venatorios aunque carece de estándar al proceder de cruces heterodoxos entre grifones y sabuesos de muy diferente pelaje.
Ribadedeva. Con excelentes resultados, la cuadrilla de Piney es pionera en la comarca en el uso del sabueso italiano, un perro «muy completo, con buena nariz y excelentes patas para seguir todo el día. No sabe hacer otra cosa que cazar».
Cangas de Onís. El cangués Juan Luis Allende en un extraordinario montero en atención a los resultados. Pero no cuenta con una jauría homogénea sino que opera con canes de los más variados encastes y cruces, sin desdeñar al mastín.