Cuando una pareja se separa y existen hijos es inevitable que se vean afectados. Cuando la ruptura es amistosa y no se llega a perder el respeto entre los progenitores todo resulta más sencillo, aunque no deja de ser un cambio para los niños. Sin embargo, cuando la relación está deteriorada y existe conflicto no solo en el procedimiento judicial, sino también en el día a día con el cumplimiento de las medidas, los niños sufren y muchas veces es recomendable buscar apoyo psicológico para orientar a los padres de cara a enfrentar la situación de la forma más conveniente para los niños. De poco sirve llevar a niño al psicólogo si los padres no se implican o no hacen caso de los consejos y orientaciones. Mención específica hay que hacer cuando uno solo de los progenitores lleva al niño al psicólogo pretendiendo poner al profesional de su lado para atacar a la otra parte en un procedimiento judicial. Aunque pueda ser posible encontrar un psicólogo que emita un informe de parte, es importante advertir que un Juez tomará en consideración especialmente un informe cuando para su elaboración se haya escuchado y valorado a los dos progenitores o, como mínimo, se haya invitado a participar a ambos, aunque finalmente uno de los padres haya declinado la oferta.