Cada vez es más frecuente esta pregunta, pues aquellas parejas que no tienen especial preferencia por una u otra forma, necesitan conocer que ventajas o inconvenientes ofrecen las diferentes opciones de formalizar su relación estable de pareja.
La unión de hecho requiere poca formalidad, pues es suficiente con darse de alta en el registro correspondiente y iniciar una convivencia con el correspondiente empadronamiento, para poder acreditar el requisito de convivencia en caso de un futuro derecho de pensión de viudedad. Este sistema no ofrece iguales derechos en todo el territorio nacional, pues si bien algunos están regulados a nivel general, otros se contemplan en leyes autonómicas y, por tanto, dependerán del lugar en el que esta pareja tenga su vecindad. Ahora bien, aunque la ruptura es igual de simple cuando no hay hijos de por medio, no nos engañemos, cuando estos existen es necesario un procedimiento judicial de custodia, visitas y alimentos con muchas similitudes al divorcio. Eso sí, en Asturias no se prevén derechos de pensión compensatoria para la pareja de hecho en caso de ruptura, ni tampoco existirá un régimen económico a no ser que expresamente se regule entre los miembros de la pareja, de modo que supone un menor grado de implicación económica entre los miembros de la unión. Tampoco se contemplan derechos hereditarios a no ser que expresamente se atribuyan en testamento.
El matrimonio, en cambio, implica en Asturias un régimen económico de gananciales mientras no se pacten capitulaciones matrimoniales en otro sentido, posibilidad de que llegue a establecerse una pensión compensatoria para uno de los cónyuges en caso de ruptura, necesidad de acudir al divorcio o nulidad para poner fin al vínculo, limitaciones para disponer de la vivienda familiar incluso aunque sea propiedad de uno solo de los cónyuges y derechos hereditarios para el cónyuge viudo.
¿Que opción es mejor? Depende de las expectativas de cada uno. El mejor consejo que se puede dar es reunir información suficiente y tomar una decisión que convenza a ambas partes, pero sin olvidar que en una pareja existe un fuerte componente emocional por lo que no siempre es fácil utilizar la razón al tomar decisiones.