Aunque algunos establecimientos se animan antes, el día después de Reyes es tradicionalmente el inicio del periodo de rebajas. Sin duda, es una buena oportunidad para hacer esas compras de productos que necesitamos a un buen precio pero manteniendo la calidad de siempre. No obstante, hay tener cuidado, no debemos dejarnos llevar por el afán consumista y velar más que nunca porque se respeten nuestros derechos como consumidores. Recordemos algunos consejos:
• Es muy importante hacer una lista de los productos que realmente necesitamos adquirir y, a la hora de comprar, ceñirnos en la medida de lo posible a la misma. Es muy fácil, al ver precios buenos, caer en la tentación de comprar cosas innecesarias.
• Los artículos que se encuentren con precio rebajado tienen que ser los mismos que ese establecimiento haya estado ofreciendo normalmente durante la temporada y, como mínimo, durante el mes anterior y no pueden haber sido objeto de ninguna otra práctica de promoción dentro de ese mes anterior a la fecha de inicio de la venta de rebajas. No se pueden ofertar como rebajas productos deteriorados o defectuosos.
• En los artículos y en la publicidad que se utilice deben aparecer el precio nuevo y el antiguo para poder apreciar la rebaja. Si se trata de la rebaja de un mismo porcentaje para un grupo de artículos entonces basta con el anuncio expuesto de forma genérica.
• Los pagos podemos realizarlos de la misma forma que el establecimiento viniera admitiendo de forma normal. Si una tienda admite el pago con tarjeta a lo largo de todo el año también debe admitírnosla en período de rebajas.
• En cuanto a las devoluciones, la forma y el tiempo en que pueden producirse lo fija cada establecimiento y debe encontrarse claramente indicado en el mismo.
• Si compramos un producto duradero este contará con las mismas garantías que marca la ley que cuando lo adquirimos en cualquier otro momento del año.
Por último, no hay que olvidar algo que siempre decimos en esta época: lo que se rebajan son los precios no nuestros derechos. Exigir su cumplimiento y reclamar en caso de que exista alguna irregularidad es esencial para que se respeten adecuadamente.