Estamos en los últimos días de rebajas y las ofertas son muy tentadoras en algunos casos. Los productos se encuentran ya muy escogidos y escasean las tallas, los colores… pero si damos con la prenda u objeto deseado podemos encontrarnos con descuentos hasta del setenta por ciento. Una situación muy apetecible pero que no debe cegarnos en cuanto a la defensa de nuestros derechos se trata. Por eso, no está de más que pongamos al día en nuestra memoria aquellos a los que no debemos renunciar en ningún caso sea cual sea el precio ofrecido.
-Es tan importante aprovechar las buenas ofertar como no caer en la tentación de comprar cosas innecesarias.
-Los artículos que se encuentren con precio rebajado tienen que ser los mismos que ese establecimiento haya estado ofreciendo normalmente durante la temporada y, como mínimo, durante el mes anterior y no pueden haber sido objeto de ninguna otra práctica de promoción dentro de ese mes anterior a la fecha de inicio de la venta de rebajas.
-No se pueden ofertar como rebajas productos deteriorados. Un producto con una tara puede tener un descuento por tal motivo pero no entra dentro de lo que entendemos por rebajas.
-En los artículos y en la publicidad que se utilice deben aparecer el precio nuevo y el antiguo para poder apreciar la rebaja. Si se trata de la rebaja de un mismo porcentaje para un grupo de artículos entonces basta con el anuncio expuesto de forma genérica. Si ha habido sucesivas rebajas debemos tener claro el precio final y el precio de partida.
-Los pagos podemos realizarlos de la misma forma que el establecimiento viniera admitiendo de forma normal. Si una tienda admite el pago con tarjeta a lo largo de todo el año también debe admitírnosla en período de rebajas.
-En cuanto a las devoluciones, la forma y el tiempo en que pueden producirse lo fija cada establecimiento y debe encontrarse debidamente indicado en el mismo o en el tique de compra.
-Si compramos un producto duradero este contará con las mismas garantías que marca la ley si lo compramos en un periodo que no es de rebajas.
Una rebaja en el precio no implica una rebaja en nuestros derechos. Si algún establecimiento no cumple con estos requisitos hay que adoptar las medidas oportunas: pedir la información necesaria y, en su caso, interponer la oportuna reclamación.
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