Los números y los datos objetivos desmontan todas las campañas de descrédito de la privatización municipal de la gestión
Privatizar un servicio público como el de la gestión del agua es una decisión política y oponerse a ella es tan legítimo como defenderla. Si en alguna ocasión ese servicio se volviera a remunicipalizar sería una decisión tan válida y tan legal como la que en su día abogó por un cambio en el sistema de gestión. En ambos casos serían decisiones tomadas con el voto mayoritario de fuerzas políticas que han sido elegidas democráticamente y que por lo tanto representan a la mayoría de la población.
Tener que recordar cosas como estas, que parecen de Perogrullo, es a lo que nos ha llevado esa nueva política en la que se abre paso cada día la creación de mantras basados en repetir una y mil veces medias verdades, cuando no falsedades directamente, bajo una supuesta reflexión nacida sobre datos etéreos, puesto que no se concretan nunca con los números.
El pasado día 22 se celebró el Día Mundial del Agua y lógicamente no podían faltar los mensajes que desde hace tiempo tratan de denostar el proceso llevado a cabo en Avilés en 2009 para la gestión del agua. El objetivo de estos grupos es insistir e insistir a ver si de esa forma cala en la sociedad que el proceso del concurso público llevado a cabo en esa fecha en Avilés fue un proceso corrupto, hecho por gente corrupta.
Como no hay forma de que eso suceda, porque el proceso ya ha sido analizado también en los juzgados –ya que no se fían de los técnicos municipales– y siempre han concluido en que no hay ni rastro de corrupción en ese procedimiento, el esfuerzo se hace por la vía de la sospecha permanente, cogiendo datos de aquí y de allá, de forma que el oyente o el lector tenga dificultades para saber si se está hablando en general o de si todo ese discurso de irregularidades hay que adjudicárselo a Avilés.
El problema es que el oyente o el lector no tiene porqué conocer los entresijos de procesos como éste, que son complejos y que tampoco le van a aportar gran cosa a su vida, salvo salvar su curiosidad en caso de que la tuviera. En cambio, un concejal tiene la obligación de analizar y estudiar todas aquellas cuestiones sobre las que luego va a debatir, realizar propuestas o directamente criticar. Aunque a veces uno tenga la sensación de que hay concejales en este Ayuntamiento de Avilés que parecen avergonzarse de pertenecer a la Corporación, ninguno debería olvidar que están ahí para defender los intereses de un Ayuntamiento y de una ciudad que además les paga al mes.
Como los datos objetivos son los únicos que dan y quitan razones, vayamos a ellos, a los datos de la privatización de la gestión del agua en Avilés.
Dicen: «No hay concursos públicos ni competencia». Falso. Se abrió un proceso de licitación para seleccionar un socio privado al que acudieron tres empresas: Aqualia, Acciona y Aquagest.
«Corrupción generada en el proceso de privatización». Falso. Aquagest se adjudicó el concurso por haber presentado la mejor oferta: un canon de 37.101.000 euros y una TIR propuesta (Tasa Interna de Retorno, o lo que es lo mismo, el interés o la rentabilidad que ofrece una inversión) de 4,53 por ciento. La propuesta de Aqualia fue de 25.948.000 y una TIR de 5,54 por ciento. Y la de Acciona fue de un canon de 16.000.000 y una TIR de 6,50 por ciento. La elección por parte de los técnicos fue sencilla.
«La privatización supuso el deterioro de las garantías jurídicas de la ciudadanía, además de las deficiencias en el control de la gestión». Falso. Ayuntamiento y Aquagest constituyeron una Sociedad de Economía Mixta tras la selección del socio privado para la gestión de ciclo integral del agua de Avilés durante 25 años, con un capital social de 3 millones de euros, aportando el Ayuntamiento 780.000 euros (26%) y la empresa privada 2.220.000 euros (74%). Su consejo de administración está compuesto por ocho miembros, cuatro del Ayuntamiento (la alcaldesa, concejal de Promoción Económica, Director de Obras y Servicios Urbanos del Ayuntamiento y Director del Área Económica y empresas participadas del Ayuntamiento) y cuatro propuestos por el socio privado. Los acuerdos se toman por mayoría absoluta y en caso de empate decide el voto de calidad de la presidenta (la alcaldesa), es decir, el Ayuntamiento tiene la última palabra. El éxito de esta configuración, en la que el socio minoritario ejerce el control político de la empresa residió en conseguir que el Registro Mercantil aceptase esa fórmula. Hoy son varios los ayuntamientos españoles que han acudido a Avilés para copiar el modelo.
«El Ayuntamiento tiene que devolver un canon de 37 millones de euros». Falso. Fue el Ayuntamiento de Avilés el que recibió 37.101.000 euros de la sociedad Aguas de Avilés, sin obligación alguna de devolución, dinero que destinó a: 1. Amortización de la deuda municipal por valor de 19.751.312 euros, que produjeron un ahorro de 1,7 millones de euros. 2. Diferentes inversiones en la ciudad por valor de 11.702.332 euros. 3. Gastos corrientes del Ayuntamiento, 1.766.658 euros. 4. Participación del 24 % en Aguas de Avilés, 779.000 euros. 5. Canon pendiente de aplicación, 3.101.69 euros.
La sociedad Aguas de Avilés obtuvo los 37.101.000 euros mediante un préstamo a favor de Asturagua por importe de 28.240.000 euros, financiados a euríbor más un diferencial de 1,30 según contrato, y una aportación directa sin devolución de Asturagua por importe de 8.861.000 euros. Adicionalmente, Aguas de Avilés recibió 2.220.000 euros como aportación de Asturagua al capital social por su 74 %. Aguas de Avilés tiene que realizar un plan de inversiones fijado en pliegos por los técnicos municipales de 16,9 millones de euros durante la vigencia del contrato, mejorado en 700.000 euros en infraestructuras y otros 700.000 euros en innovación tecnológica y difusión de actividades. Actualmente el volumen de inversiones realizadas y certificadas del total de los 16,9 millones supera los 6 millones de euros.
Hay más aseveraciones que se pueden considerar falsas. Precio: ha subido menos que el IPC, que es el referente al que obligan las ordenanzas municipales. Las comparativas con Oviedo, Gijón y Castrillón, por más cercanas, o con ciudades de la zona norte-centro como Santiago, Pontevedra, Palencia, Ferrol, Lugo, Ponferrada o Zamora desvelan que Avilés tiene uno de los precios más bajos del agua, lo mismo que en el alta del servicio.
Todo lo anterior, que es solo un resumen, está en poder de todos los concejales del Ayuntamiento de Avilés. Por lo tanto, si quisieran, dispondrían de la suficiente información como para abandonar ya de una vez, en aras a mantener la dignidad de las instituciones que nos representan a todos, esa campaña de descrédito, de sospechas permanentes y hasta de acusaciones que simplemente no se sostienen. Pokémon y la imputación de algunas personas que fueron concejales en Avilés es una cosa y la limpieza del proceso de privatización y la gestión del agua en Avilés es otra muy diferente. Y lo saben. De ahí lo reprochable de su discurso.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el día 26 de marzo de 2017