El PP ha presentado enmiendas al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para que dedique 125 millones de euros más nuestra región. El grueso de las enmiendas va destinado a elevar las partidas asignadas a las inversiones en infraestructuras de transporte (autovías y ferrocarriles) que ya ocupaban casi el 80% del dinero presupuestado por el Gobierno para Asturias; hay también una cantidad de recursos importante destinada para Oviedo (Ronda Norte, losa de Santullano, red de saneamiento, subvención para la ópera) que refuerza las posiciones políticas de Gabino de Lorenzo, dedicado a denunciar el supuesto “cerco de Oviedo” por parte de los socialistas.
Las enmiendas del PP responden al papel que tiene que jugar el principal partido de oposición en el debate de los presupuestos. Son las lógicas iniciativas del grupo que es alternativa de gobierno, al que le toca decir que las previsiones de gasto son escasas para las necesidades que hay que cubrir y plantea más dinero para lo que considera prioritario. Nada que objetar. Otra cosa es que tenga fácil en el debate parlamentario hacer valer sus argumentos. A mí entender, el Gobierno de Zapatero tiene facetas muy criticables relacionadas con la política territorial, donde nos ha llevado a complicaciones y contradicciones que serán difíciles de superar. Sin embargo, en política económica y práctica presupuestaria el resultado es positivo. Puede discutirse cuánto hay de suerte o de coyuntura internacional favorable, y cuánto de buen trabajo del Gobierno, pero los números no engañan: superávit presupuestario y aumento de más de un 33% en gasto social y en infraestructuras de transporte con respecto al Gobierno anterior.
Por lo que se refiere a Asturias, el proyecto del Gobierno destina más dinero que nunca para nuestra región (1.018 millones de euros), de los que 800 millones son para las infraestructuras. ¿Podrían incrementarse estas cifras? Todo es posible, aunque la inversión por habitante no puede ser más favorable para Asturias, en comparación con el resto de las regiones. Creo que los puntos flacos de la gestión de Zapatero no se encuentran en las partidas del gasto público sino en otros asuntos que son, por desgracia, más importantes.