Tras la reunión del Consejo de Gobierno, Guillermo Martínez ha comparecido ante los medios con dos mensajes: el impuesto sobre los depósitos bancarios sigue su curso, pese a las mañas del Gobierno de Rajoy, y el Principado no ha decidido todavía si se acoge al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para financiar los 396 millones que necesita para gestionar el presupuesto. Las dudas sobre la conveniencia de acudir al FLA y la polémica sobre la implantación del impuesto a la banca fueron dos cuestiones fijas en todas las comparencias del consejero de Presidencia a lo largo y ancho del otoño. Nada más aprobado el presupuesto, el pasado 28 de diciembre, vuelve el discurso del Principado a sus temas favoritos.

Con todos los respetos, no me parecen dos asuntos capitales. Sobre la escasa aportación del Impuesto sobre la banca para las arcas asturianas ya me hemos hablado ayer, así que vamos a detenernos en las dudas sobre pedir financiación al Estado (FLA). Por muy “hamletiano” que se ponga el Principado, va a tener que picar a las puertas del FLA. Las cavilaciones sobre la conveniencia de hacerlo carecen de sentido, ya que la banca privada no le va a dar la cantidad que necesita ni en las condiciones que la suministra el Estado. Tras hacer el primer ajuste (verano pasado), el Ejecutivo de Javier Fernández fijó en 423 millones las necesidades de financiación. Durante casi dos meses mantuvo el discurso de financiarse en el mercado, pero al final tuvo que acogerse a las atractivas condiciones del FLA y recibir por vía estatal 261 millones. Para 2013 necesita 396 millones, que no podrá cubrir con créditos de la banca privada. Tiene razón Guillermo Martínez en exigir al Ministerio de Hacienda que diga las condiciones concretas en que presta dinero el FLA, pero no tiene otra alternativa que pasar por su ventanilla. El presidente de Cantabria, que al ser del PP algo sabrá sobre el asunto, dijo que las condiciones son fantásticas y que le permitirán ahorrar 20 millones de euros. No me extraña nada, ya que el FLA es un traje a la medida de Cataluña, y como a la Generalitat se le concede todo lo que pide seguro que el préstamo es generoso.

La utilidad de hablar acerca del impuesto sobre la banca y el FLA es que permiten organizar un señuelo de debate regional sobre cuestiones desprovistas de drama, acorde con el perfil moderado del Gobierno del Principado.