El Gobierno central ha acordado los créditos que dará a las comunidades autónomas. Las regiones que no han cumplido con sus compromisos tienen a su disposición dinero fresco en el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), mientras que las comunidades autónomas que realizaron el ajuste fiscal, según lo acordado con el Ministerio de Hacienda, disponen de recursos agrupados en el Fondo de Facilidad Financiera (FFF). Este último fondo se creó hace unas semanas para dividir el mapa en dos clases de territorios, díscolos y aplicados, con la particularidad de que el ministro Montoro premia en mayor medida a los derrochadores que a los ahorradores: Cataluña recibe 8.200 millones del FLA y Asturias, 508 millones del FFF. A los aplicados les mandan a la ventanilla del Fondo de Facilidad Financiera, cuando les es más fácil recibir dinero a los díscolos. Casi parece un programa educativo inspirado en la Logse, pero en vez de jugar con billetes falsos y plastilina, se trata de la riqueza de los españoles administrada por el Gobierno del Estado.

Pensar en estas cosas produce sensaciones ambivalentes, ya que es inevitable captar el lado cómico, burlesco y risible, propio de un Gobierno que tiene miedo cerval a los ejecutivos autonómicos y cae en la adulación y el dispendio para que no protesten. Pero la broma se transforma en irritación cuando se repara en que los sacrificios de los españoles para ajustar ingresos y gastos se pierden por la vía de los regalos del Ministerio de Hacienda a los gobiernos regionales. Todo el dinero del FLA y FFF se entrega a interés cero. ¿Qué ciudadanos reciben dinero de un banco sin intereses? ¿Cómo se puede caer en la irresponsabilidad de estimular a unos gobiernos manirrotos a gastar alegremente, cuando la mayoría no se atienen al programa de consolidación fiscal pactado con el Ministerio de Hacienda? Si el objetivo es que recorten gastos no hay nada más contraproducente que entregarles dinero gratis.

En medio de esta comedia el Principado escogió el papel bufo de jugar a la independencia. Estuvo semanas enteras cavilando si era mejor aceptar el regalo de Montoro o recurrir a los bancos para pedir crédito. Los socialistas tenían presente la moraleja del refrán -a caballo regalado no le mires el diente-, pero se hicieron de rogar hasta aceptar los 508 millones del FFF que les permiten ahorrar 70 millones. Dinero para la reserva, porque el Principado no está por relanzar la economía.