Continúan las negociaciones del Gobierno regional con IU y Podemos para llegar a un acuerdo sobre los presupuestos. Para el lunes está anunciada la presentación del proyecto, así que el Principado apura las opciones de la negociación. La posición ideal sería un acuerdo en firme de los tres grupos parlamentarios, que reúnen la abrumadora mayoría de 28 escaños, pero desde el primer día de la legislatura ya se vio que es muy difícil alinearlos en torno a cualquier iniciativa. La alternativa de mínimos para el Ejecutivo socialista consistiría en un pacto PSOE-IU, con el compromiso de la abstención de Podemos. De esa manera quedarían aprobadas las cuentas.

Uno de los asuntos que más llama la atención de la negociación es el escaso margen que ofrece el Gobierno de Javier Fernández para integrar las propuestas de los hipotéticos socios. Lo mismo sucedió hace un par de años. A las primeras de cambio da por agotadas las conversaciones con varios grupos parlamentarios para concentrarse en una o dos fuerzas. En realidad, en esta ocasión, las únicas sesiones negociadoras, dignas de tal nombre, las tuvo con IU. Desde la sesión de investidura quedó claro que el socio natural del Gobierno, en este mandato, es IU. La predisposición al pacto, por parte de Llamazares, es sólida, porque forma parte esencial de la estrategia de su grupo parlamentario que con cinco diputados quiere ser influyente en la gobernación de la comunidad autónoma. Pese a ello, los socialistas apenas hacen esfuerzos por integrar sus demandas. Piensan que IU caerá como fruta madura. Tal vez acierten, pero no deja de ser un riesgo partir de esa suposición.

El caso de Podemos es distinto. El grupo de León y Ripa pretende levantar una alternativa de poder al Partido Socialista. No quieren sufrir el abrazo del oso, así que cualquier disenso es bueno para marcar distancias. Así como IU insiste en la necesidad de incrementar la presión fiscal para obtener unos ingresos suficientes que permitan hacer frente a los gastos crecientes del Principado, Podemos orienta más su discurso hacia el gasto social. El famoso rescate. En ese extenso capítulo hay mucho margen para intercambiar las partidas, pero bastante poco para elevar el monto total. Sin embargo, hay otras cuestiones que apoya Podemos que son harto inconvenientes para el PSOE. La reciente intervención en el Parlamento sobre la política de las “puertas giratorias” provocó insomnio.