Adriana Lastra, cabeza de lista del PSOE en las elecciones generales por Asturias, criticó la promesa de Rajoy de hacer una rebaja de dos puntos en el Impuesto de la Renta. La candidata socialista dice que el presidente del Gobierno “miente a sabiendas”. Dejando de lado el detalle de que siempre que se miente es sabiendas, porque en caso contrario estaríamos hablando de error o equivocación, lo cierto es que Rajoy invoca la soga en casa del ahorcado, porque hace cuatro años decía que iba a bajar los impuestos y en el primer Consejo de Ministros los elevó. Como todos los embusteros buscó una coartada, y explicó que no conocía bien los datos de la realidad económica española, y que al coger los mandos de la nave vio que el agujero del déficit público era mayor de lo pensado. Una explicación inconsistente. Rajoy no quiso anunciar como candidato la medicina que pensaba aplicar a la economía española, que trajo paro y recortes sociales durante casi tres años. ¿Es creíble la promesa que nos hace, ahora, el presidente? Tal como están las cosas y siendo conscientes de que Bruselas no está conforme con los presupuestos del Estado aprobados por el Gobierno de Rajoy para 2016, creo que el próximo ejercicio será de recortes, así que descartaría una rebaja de la presión fiscal a corto plazo. Más adelante, todo dependerá de la pujanza del crecimiento económico. En cualquier caso, las promesas de Rajoy, a tres semanas, de las urnas son tan dignas de tomar en cuenta como las de cualquier otro candidato.

Susana Lopez Ares, número uno en la candidatura del PP, criticó la modificación del Impuesto de Sucesiones introducida en el proyecto de presupuestos del Principado. López Ares manifestó con ironía su extrañeza ante la corrección del “error de salto”, como si no se hubieran dado cuenta hasta ahora los socialistas de la barbaridad que suponía pagar casi 18.000 euros más por heredar 151.000 euros en vez de 150.000. La dirigente popular señaló que lo correcto es suprimir el Impuesto de Sucesiones. Más de una comunidad autónoma lo subvenciona al 99%, que es lo mismo que invalidarlo. Si queremos que la gente siga trasladando su domicilio fiscal a otras regiones, sólo necesitamos mantener la presión fiscal por encima de la media española. La Hacienda asturiana será la gran perjudicada por la voracidad fiscal. Por extraño que parezca, todo indica que los debates presupuestario y electoral girarán sobre los impuestos.