La grabación radiofónica de los discursos en el Comité Federal del PSOE permite constatar el enfrentamiento entre Pedro Sánchez y los barones autonómicos (Susana Díaz, Javier Fernández, Guillermo Fernández Vara). En una encrucijada como la actual, el secretario general se adentra por un camino y los líderes socialistas prefieren ir por otro. Dudo que haya algún precedente en las últimas décadas de un debate similar en el Comité Federal, sobre un tema de gran importancia para España y para el PSOE, con el secretario general en minoría frente a un coro de voces.

La táctica de Pedro Sánchez consistió en subrayar el acuerdo sobre los límites de una alianza con Podemos, y como garantía del mismo propuso un referéndum entre los militantes. Sobre este asunto no hubo una línea de contestación clara. En primer lugar, debería resultar irritante a los dirigentes socialistas comprobar cómo el secretario general recurre a la herramienta favorita de Podemos: la consulta a la sociedad para que resuelva los problemas que no saben o no quieren solucionar los representantes. Se supone que un partido elige un órgano amplio de dirección, como es el Comité Federal del PSOE, con cientos de miembros, para debatir y decidir sobre cuestiones de estrategia, como son las alianzas parlamentarias o los gobiernos de coalición. El asunto pasa de castaño a oscuro, cuando Pablo Iglesias lleva varias semanas contraponiendo la bondad de las bases socialistas frente a la derechización de los barones autonómicos, y llega Pedro Sánchez y le da la palabra a los militantes de base para dejar al Comité Federal como un órgano de mera ratificación formal de las decisiones de tomadas por los afiliados.

Pedro Sánchez es el primer secretario general del PSOE que está desprovisto de la cultura de partido. A ninguno de sus antecesores en el cargo se le ocurriría decir en el Comité Federal que la negociación con otras fuerzas políticas se hará sobre “programa, programa, programa”. Julio Anguita no es Largo Caballero ni Indalecio Prieto ni Besteiro para los dirigentes socialistas. Sólo desde esa ajenidad a las esencias del PSOE se puede entender que en Langreo haya prometido que el día que gobierne impedirá la “deslocalización de la planta de Hunosa”. A no ser que se refiriera al “Pozu Moqueta”. Es un líder que se mueve a base de slogan, modelo presentación Power Point, que sólo encubre una ambición tan grande como la de Madonna.