Mariano Rajoy se ha adaptado a la nueva situación parlamentaria. Se ha olvidado de la pasada mayoría absoluta y está en diálogo permanente con los partidos de la oposición que quieren llegar a acuerdos. Por esa vía ha pactado el techo de gasto, la cuantía del salario mínimo, la solución a las cláusulas suelo, etcétera. El mejor ejemplo de la nueva política de entente con otros grupos estuvo en lo ocurrido en la Conferencia de Presidentes, donde consensuó con los líderes autonómicos los principios y la metodología a seguir en la negociación de la financiación autonómica, o la reposición de funcionarios, dentro de una lista de once cuestiones acordadas.

El gran asunto que validará la forma de hacer política del PP está en los presupuestos. Rajoy se lo tomó con calma y optó por prorrogar las cuentas del Estado de 2016 para negociar con sosiego. Hasta la fecha, los dos partidos más proclives para pactar con el Gobierno son PSOE y Ciudadanos. El partido de Albert Rivera tiene un programa de legislatura consensuado con el PP, así que llegar a una entente sobre los presupuestos no debería ser un obstáculo insalvable. Con el PSOE se han entendido en asuntos variados y algunos potencialmente conflictivos, pero el visto bueno a las cuentas es otra cosa. Todos los dirigentes del PSOE, empezando por Javier Fernández, descartan dar el voto favorable a los presupuestos. La razón no está en las partidas de ingresos ni en las de gastos, sino en la carga política que lleva el apoyo al proyecto de Rajoy. Dentro de cuatro meses se celebrarán las elecciones primarias del PSOE, y los “sanchistas” tendrían todo el terreno libre si la comisión gestora y el grupo parlamentario avalan las cuentas del PP. Hace una semana, ante el Comité Federal del PSOE, Javier Fernández dijo que todos los dirigentes socialistas sabían al día siguiente de las elecciones generales del 26 de junio, que había que abstenerse en la investidura de Rajoy, pero ignoraban cómo se podría compatibilizar esa abstención con el objetivo de ganar el congreso del PSOE. “Mutatis mutandis”, podemos decir que la sensatez empuja a facilitar la aprobación de las cuentas del Gobierno, pero en caso de hacerlo no será posible ganar las primarias. Rajoy podrá contar con el apoyo de Ciudadanos, PNV y nacionalistas canarios. El primero gracias al acuerdo programático y los nacionalistas por dinero. Otro día explicaremos la otra alternativa posible que es muy chusca.