El PSOE, en este proceso que tiene como destino dejar que Rajoy gobierne, está viviendo no sólo una grave crisis de enfrentamientos internos, sino algo no menos inquietante como es la desafección y el malestar de una militancia con la que apenas se cuenta. Y hay localidades –Oviedo es una de ellas- donde el desapego entre los dirigentes del partido y sus militantes alcanza casi lo insufrible.
Sí, hablamos de la AMSO, sí, hablamos de la difícil relación del PSOE con nuestra heroica ciudad. Sí, hablamos de la capital de Asturias, que parece importarle muy poco a la FSA, tan poco que, desde las instancias oficiales del partido, se apostó por personajes que están tan lejos de dar la talla como don Alfredo Carreño. Sí, hablamos de Oviedo, de la ciudad a la que la FSA, a resultas de la falta de entendimiento entre Somos de Gijón y el candidato socialista de la misma ciudad, pensaba dejar en manos del gabinismo, aunque se encontró con la respuesta de Ana Taboada haciendo Alcalde a Wenceslao para evitar que el sucesor de Gabino continuase al frente del Gobierno municipal.
A ese desapego, hay que unir, en las presentes circunstancias, todo lo acontecido en el PSOE desde que Sánchez fue defenestrado. Y, como pudo verse días atrás, la militancia de la AMSO se pronunció en contra del discurso oficial, se pronunció mayoritariamente por el “no” a Rajoy.
Es la misma militancia de la AMSO que, desoyendo consignas oficiales, puso a Wenceslao al frente de la candidatura municipal en Oviedo, pues el actual primer edil no sólo venció en las primarias, sino que además contó con el apoyo de los militantes para ponerse en cabeza de la agrupación de Oviedo.
O sea, que, en OVIEDO, cabe claramente hablar de puentes rotos entre la militancia y los dirigentes del partido, puentes rotos en los que a la comunicación se refiere. Es importante tener muy en cuenta que nuestra ciudad tiene un Alcalde socialista a pesar de los cuadros dirigentes de su propio partido. El asunto -¿a qué negarlo?- se las trae.
Por eso, ante el discurso oficialista favorable a la abstención, nada tiene de extraño que las bases de la AMSO hayan manifestado un rechazo inequívoco.
La AMSO y la rebelión de las bases, rebelión manifestada a través de un instrumento tan genuinamente democrático como son las urnas.