El Oviedo de Fernando Hierro es un conjunto resultadista que se va consolidando a medida que logra solidez defensiva, que tiene pegada en los últimos metros con dos grandes delanteros, como son Toché y Linares. Y que cuenta con más centrocampistas que nunca, sin que ello se haya traducido hasta el momento en un fútbol que destaque por los pases largos, por los desmarques y por el dominio en la posesión de la pelota. El conjunto azul se atasca en exceso en el centro del campo y se sigue echando en falta ese director de orquesta desde la referida demarcación.
Frente al Tenerife, la victoria fue mucho más clara en el resultado que en el juego. Hay que reconocer que el equipo visitante tuvo sus ocasiones y, cuando en el segundo tiempo dejó atrás el fútbol bronco de finales del primer tiempo, hubo momentos en los que el Oviedo se sacudía, no sin cierto agobio, el empuje de los tinerfeños.
Victoria clara y resultadismo. En cuanto a lo segundo, merece, por el partido que hizo hoy, una mención especial Miguel Linares, porque, además de haber sido el autor de los dos tantos, luchó sin tregua, al igual que Toché. También es de justicia dejar constancia de las grandes intervenciones del portero Juan Carlos.
Resultadismo, digo. La realidad no fue que el Oviedo, tras marcar el primer gol, acometiese con tranquilidad lo que quedaba del choque, estando atento siempre a un contrataque que sentenciase el encuentro, sino que, acaso embarullado por los minutos broncos del Tenerife, se limitó a defenderse como pudo, sin gustarse a sí mismo, sin esa frialdad necesaria de quien se siente seguro y está hambriento de dar la puntilla.
Tal y como está conformada la categoría, si hay algo ya meridianamente claro a pesar de que resta mucho para finalizar el campeonato, es la igualdad entre los conjuntos, de ahí que el resultadismo del que venimos hablando no sólo tenga su lógica, sino que además va a ser la tónica de muchos choques tanto en el Tartiere como a domicilio.
Ante todo y sobre todo, es muy grato constatar que el Oviedo, además de continuar su buena racha en los resultados, está dejando atrás pájaras y despistes garrafales que nos supusieron derrotas.
Tendrá que ir a más la cuenta goleadora, y no hay que abandonar la esperanza de que el centro del campo funcione bien algún día. Es, a mi juicio, la asignatura pendiente del equipo.