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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

“YA NO TE QUIERO”

Se sentó en el salón después de comer y ante la pregunta de su esposa de qué le sucedía que últimamente lo veía desganado y como ausente, él le dijo que desde hacía un tiempo ya no sentía por ella casi nada, que su deseo y amor se habían ido apagando. Entonces acordaron separarse de mutuo acuerdo, pero él no daba el paso y así pasaron meses hasta que la mujer deprimida le preguntó cual era su intención y a qué estaba esperando. ¿Respuesta? El silencio. Parece que su problema era dejar el piso en que vivían ellos y la hija y por eso su resistencia a abandonarlo y dejar que ella siguiese de inquilina.

Este tipo de reacciones y actitudes ocurre con frecuencia. Uno de los dos dice que ya no siente por el otro lo que venía sintiendo, pero no se separa porque la separación supone dejar la casa, dejar esa pensión con el riesgo de que el otro la disfrute y tener que buscarse la vida y ver cómo aumentan sus gastos. Ante esta situación ¿qué procede hacer?

Aunque no todos los casos son iguales ni fácilmente solubles lo suyo es obligar, aunque sea moralmente, a la parte decepcionada a que abandone y marche si ya no está conforme con continuar la relación en el futuro. Si uno no quiere al otro ya tiene que ser valiente y separarse con todas las consecuencias, incluyendo el abandono del cubículo en el que había vivido hasta ese instante. Y no deberían valer los hijos como excusa. Si dos personas no se quieren y una lo confiesa y reconoce, lo lógico es que el confesando se aleje, excepto de las responsabilidades concernientes a los hijos, si los tienen. Puede uno tratar de engañar al otro o auto engañarse con no sé qué argumentos, pero con el tiempo no sirve y a nada positivo eso conduce. Por encima de las declaraciones lo que ocurre es que la casa o el piso en estos casos, suelen atar tanto como calabrote de barco.

Digamos sin ambages que si no fuese por el inmueble muchas parejas tendrían muchísimos menos conflictos y dificultades a la hora de separarse. Aunque hay que entender que no es fácil renunciar a ese bien tan escaso y tan preciado en estos tiempos ni decidirse a dar el paso de venderlo y repartirlo como buenos hermanos, sin embargo vivir separado de alguien a quien no quieres es más sano, a la larga y más inteligible y les permite a los dos vivir en libertad en adelante. De todas formas el terreno es pantanoso y en temas de relaciones de pareja una cosa es la lógica y otra las apetencias y emociones. Lo material tiene mucha importancia.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


marzo 2011
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