Si quieres y te propones establecer y consolidar un nuevo hábito en tu vida tendrás que dedicarle mucho tiempo a la mentalización pero sobre todo a la práctica masiva y constante de las conductas de ese nuevo hábito. De lo contrario, no vale con arranques que duran unas horas o unos días. Los arranques emocionales son efímeros si no van acompañados de una determinación de ser constantes y perseverar en el nuevo trabajo de establecimiento y mantenimiento del nuevo hábito. Por ejemplo, si eres muy nervioso y agitado, muy ansioso y quieres vivir un poco más tranquilo y relajado tendrás que dedicar parte de tu tiempo a hacer relajación casi a diario durante un tiempo, a practicar yoga o tai-chi, a hacer algo de ejercicio o cosas parecidas durante un tiempo de dos o tres meses por lo menos. Si ese nuevo hábito o cualquier otro lo practicas con mucha asiduidad lograrás tener un “excedente positivo” de serenidad y tranquilidad que te ha de servir no sólo para cuando te encuentres atacado de los nervios sino para cualquier situación, en cualquier momento y en cualquier lugar. Es decir, que ese excedente garantiza una generalización o extensión a otras situaciones aunque no lo hubieses pretendido. Todos los aprendizajes tienden a generalizarse o extenderse y esto es una excelente noticia porque supone un beneficio conseguido indirectamente aunque no sea directa y conscientemente perseguido. Por tanto, ya lo sabes, si eres un gastizo y te pones a ahorrar tendrás un “excedente positivo” que podrás luego usar no solo para comprarte un coche sino para otras varias cosas. Ese dinero es transversal a cualquier gasto o inversión. Si tiendes a dejar las cosas para luego y te pones a llevar al dia tus asuntos más importantes tendrás un “excedente positivo” para cuando de nuevo te de la tentación de ir dejando las cosasa atrasadas. Y así con cualquier habilidad que te propongas aprender en todas las áreas de la vida. ¿No te animas? Te esperan momentos de resistencia pero también de disfrute de un cambio conseguido.