El sentimiento de que somos eficaces va de la mano o está íntimamente relacionado con la sensación de que el control de lo que nos sucede en nuestra vida lo tenemos nosotros. Cuanta mayor sea nuestra sensación de control, mayor será él el número de decisiones que tomemos, el número de iniciativas y mayor la disposición a resolver los problemas que afrontemos. Cuanto mayor sensación de control más nos expondremos a experiencias vitales, menos temor a afrontar situaciones, menos nos frenará el sentido del ridículo, mayor disposición y fuerza para buscar lo que nos interesa, más proyectos emprenderemos, más viajes, más habilidades aprenderemos, más y mejores relaciones sociales, mejor nos irá económicamente pues más emprenderemos, menos miedo al fracaso y más proclives seremos a tomarnos el fracaso como un desafío. Pero ¿cómo podemos aumentar nuestro sentido del control o de la percepción de eficacia? Precisamente lanzándonos poco a poco en dosis pequeñas pero crecientes a acciones como las citadas y otras muchas y tomar conciencia de que podemos realizarlas, para ir aumentando la intensidad y magnitud de las nuevas acciones, sin ponernos límite. Eso hace aumentar nuestra autoestima o percepción de eficacia, eso hace aumentar nuestra confianza en nosotros mismos. Cuanto más controlemos nuestros actos y sus resultados mayor será el índice de nuestro bienestar, de nuestra fuerza vital, de nuestro empuje, mayor será la resiliencia que tengamos o fuerza para recuperarnos de los impactos de los contratiempos. Por supuesto que no podemos tener el control de todo sobre nosotros, pues hay cosas que escapan a nuestro poder, naturalmente, pero al menos sí podemos explotar ampliamente nuestra percepción, aumentando el número de soluciones que realicemos a cualquier problema, eso sí está bajo nuestro poder. Está pues en nuestras manos aumentar el control y es muy cosiderable la satisfacción derivada, así como el progreso, el éxito y por ende la sensación de plenitud y felicidad o bienestar. Por lo tanto, si tienes un grado débil de sentimiento de eficacia personal y control, ya sabes lo que tienes que hacer: trabajar para creer que los acontecimientos no exceden a tu control y que puedes cambiarlos. Santo remedio. Pero es fundamental no ceder al desánimo y persistir, aunque no haya muy buenos resultados inmediatos.