El anuncio efectuado por la titular del ministerio de Educación me ha dejado un poco tieso, la verdad. Recuerden que, con objeto de evitar el abandono dentro del Bachillerato, ha decidido dejar pasar de curso a los alumnos que tengan hasta 4 asignaturas pendientes (actualmente estaba en 2). Bien, siempre pensé que el Bachillerato era un medio y no un fin. Esto es, que preparaba al individuo para posteriormente, si estaba capacitado para ello, recibir una educación superior. El método que ahora nos propone la Ministra tiene un objetivo bien claro: mejorar las estadísticas pero no el sistema. Podría haberse pensado, digo yo, en impartir una educación especial para quienes no son capaces de superarlo, o quizá cursos de reciclaje, o una atención particular por parte del profesorado. Todo, en definitiva, menos rebajar nivel para que el alumno capte el mensaje de que su exigencia (y por tanto, su esfuerzo) puede ser menor. Porque, si lo piensan un poco, podríamos aplicar el mismo criterio para otras disciplinas de la vida. Que mucha gente no saca el carné de conducir al segundo intento, pues le damos 3 más. Que cierta carrera se atraganta, no te preocupes: puedes estar 20 años haciéndola y presentarte ad infinitum hasta que te aprueben por aburrimiento. En fin, les mantengo mi teoría: todo lo que sea reducir el nivel de esfuerzo en esa etapa de la educación, significará tener generaciones menos preparadas para el futuro.