El verano ha aliviado aparentemente las cifras del paro. En junio, las oficinas de empleo de nuestro país han dado de baja a más de 127.000 personas, que según la información oficial ha sido el mejor dato de reducción del desempleo en España en un mes de junio desde que existe la estadística de paro registrado. Ante tal buena nueva, el presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, explicó que este descenso demuestra que su política económica están ofreciendo resultados y que el país puede tener esperanza en la recuperación.
El mensaje sigue la línea de lo que nos vienen diciendo los distintos miembros del Gobierno desde hace unas semanas. No se atreven a afirmar abiertamente que se empiezan a ver brotes verdes, así con esta declaración, porque tal aseveración quedó un tanto maldita por Zapatero, pero suman meses y trimestres para concluir que el inicio de la recuperación está ya organizado. Aunque cunda el optimismo, un análisis por encima de las grandes cifras de evolución del desempleo de junio llevan a sospechar que no estamos, ni mucho menos, para tirar cohetes. Hay efectivamente 127.248 parados menos en los registros del antiguo Inem, pero resulta que ello no quiere decir que se hayan generado tantos puestos de trabajo. Al menos, legalmente. El número de altas en la Seguridad Social fueron de 26.853, por lo tanto solo se puede hablar de que se generaron 26.853 empleos de verdad, con su cotización incluida. Es decir, que en el saldo del paro registrado, en ese resultado final de altas y bajas en las listas del desempleo, hay más de 100.000 personas que decidieron abandonarlas porque se marchó al extranjero en busca de oportunidades, por ejemplo, o porque ven que seguir alistado es absurdo o, simplemente, porque la economía sumergida en este país, en lugar de reducirse, va en aumento.
O sea, la esperanza que apunta Rajoy no parece que, a estas alturas, sea tal. Más bien continúa imperando la incertidumbre, incluso a las puertas del verano. Y esa incertidumbre la siguen alimentando fuera de nuestras fronteras. Y para comprobarlo ahí esta el último informe del Instituto de la Economía Mundial, que pronostica que España llegará el próximo año a un 28% de tasa de paro, es decir, un punto más que lo que nos dice la oficialidad, mientras que la media de la Unión Europea será del 11,4%. Fuera no encontramos todavia un ápice de confianza.