El secretario de Gobernación del PSOE y el ministro de Trabajo e Inmigración han retomado la mala costumbre de desempolvar asuntos innecesarios en la actualidad política española. Probablemente aburridos de ver todos los días a Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy en los periódicos, han rescatado un tema olvidado en el programa e incluso en la campaña política socialista para que vuelva a ser objeto de discusión en el seno del Gobierno, una vez asegurada la Moncloa. Resultado: el debate sobre la posibilidad de que los inmigrantes puedan votar en las elecciones locales en España está sobre la mesa. Otra vez.
Conste que no digo “otra vez” porque me moleste, sino porque es una cuestión repetitiva y, después de unas elecciones generales, totalmente nimia y fuera de contexto. Simplemente, no viene a cuento.
El 17 de enero de 2006 el Parlamento Europeo se opuso por amplia mayoría al informe sobre ciudadanía de la UE, que abogaba por el reconocimiento del derecho a voto en las elecciones municipales y europeas de los inmigrantes. Actualmente, los residentes en España originarios de países de la Unión Europea y de aquellas naciones con las que hay tratado de reciprocidad tienen reconocido el derecho a ese voto. Esto gracias a una proposición no de ley que contó con el apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero hace cerca de dos años.
Durante su primera legislatura Zapatero evitó abordar el asunto. Especialmente en aquellos momentos en que la inmigración empezaba a ser uno de los problemas más preocupantes para los españoles. Es más, cuando Jesús Caldera, ministro de Trabajo, insinuó la posibilidad de que ciertos extranjeros pudiesen votar en comicios locales, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega no tardó en rectificarle, en lo que se interpretó como un claro tirón de orejas de parte del presidente.
Pues bien, ahora José Blanco y Celestino Corvacho han hecho público que están “reflexionando” nuevamente sobre esas “inquietudes” según las cuales, en palabras del propio ministro, la integración de los inmigrantes no es completa porque no pueden votar.
No olviden que un diez por ciento de la población española es extranjera. ¿Será esa la carta a jugar por el PSOE en la próxima campaña? Veremos, veremos.