Este martes, 4 de noviembre, es el día más esperado por millones de personas en todo el mundo. En la madrugada del martes al miércoles (hora española) conoceremos el nombre del próximo presidente de los Estados Unidos de América. Un hombre que no sólo dirigirá el futuro de los estadounidenses durante los próximos cuatro años, sino que también tendrá un importante rol en las relaciones internacionales, la actitud ante la crisis económica mundial y la lucha contra el terrorismo, entre otros asuntos. Pero tanto McCain como Obama no entrarán solos en la Casa Blanca.
Un nutrido grupo de asesores, abogados, especialistas y burócratas de todo tipo pasarán también a formar parte del gobierno del país. Y son ellos quienes, junto al presidente, marcarán la política que se desarrolle hasta el próximo 2012. El candidato es el conductor. Pero su equipo es el resto del vehículo.
Dependiendo de quién acceda al Despacho Oval, la composición del nuevo gobierno será muy distinta. En caso de victoria del veterano de guerra, su gabinete estará compuesto en gran parte por militares y ex militares, sentando las bases de un gobierno estricto y moderado. La designación de John Lehman, antiguo Secretario de la Marina, como encargado de la transición entre ambas legislaturas si los republicanos ganan las elecciones deja entrever el tono de un hipotético “gobierno McCain”. Además es bastante probable que mantenga en su puesto al Secretario de Defensa Robert Gates, al menos de forma temporal. El Pentágono, por su parte, pasaría a ser encabezado por el ex General de la Marina James Jones o por el abogado de las Fuerza Aéreas Lindsey Graham.
Por otro lado si -como parece- el próximo presidente fuera Barack Obama, la historia sería muy distinta. Los expertos aseguran que nutrirá su equipo de trabajo con gobernadores demócratas a los que quede poco tiempo de mandato en sus respectivos estados; lo combinará con algunos altos mandos del equipo de Bill Clinton y lo completará con aliados políticos y con viejos conocidos de su ciudad de residencia, Chicago. Se contempla, por ejemplo, que la gobernadora por Arizona Janet Napolitano sea la próxima Fiscal General, mientras que otro gran apoyo para Obama, la gobernadora por Kansas Kathleen Sebelius, podría ser la Secretaria de Educación, Comercio o Sanidad. El gobernador por Nuevo México Bill Richardson podría tener a su alcance la Secretaría de Estado.
Hoy los estadounidenses decidirán cuál de estos dos equipos quieren que les guíe durante los tiempos de incertidumbre económica que vivimos. Un equipo joven y liberal o uno más veterano y moderado. Una incógnita que, afortunadamente, sólo tardaremos unas horas en resolver.