El Vaticano se ha empeñado en demostrar que los nuevos tiempos no son ajenos para
El proyecto parece acorde con el siglo XXI. Especialmente porque hoy en día el uso de las nuevas tecnologías es poco menos que imprescindible para llegar al público, sobre todo a los jóvenes. Pero, basándonos en esa misma necesidad de evolución, no podemos obviar que
En los últimos años, los responsables de la mayor religión mundial han visto como la cifra de católicos cristianos descendía en los países de mayor desarrollo. No sólo en el número de bautizados o “creyentes”, sino también en el de nuevos sacerdotes. Al mismo tiempo, en la otra mitad del mundo -donde abunda la pobreza- el aumento en el número de afectados por las enfermedades de transmisión sexual ha sido una de las principales lacras de nuestro tiempo. Dos hechos que piden a gritos una actuación diferente de los líderes religiosos, y a los que
La pérdida de seguidores en Europa o Estados Unidos tiene una gran base común: el avance imparable de la ciencia, que cada vez resuelve más interrogantes cuyas respuestas antiguamente sólo se encontraban en la religión. En lugar de ver estos descubrimientos como una posibilidad de explicar el Universo apoyándose en las creencias de
Por otro lado,
Es fantástico que el Papa mejore tecnológicamente su forma de “llegar” al mundo. Pero con un mensaje anticuado nunca logrará revertir la situación de declive actual. Hace falta una actuación nueva y contundente. Un soplo de aire fresco que facilite el entendimiento entre las distintas culturas y creencias. Que permita que se eviten muertes innecesarias. Y que ayude a que el mundo sea mejor. Al fin y al cabo, esa debe ser su mayor meta.