En un tiempo en que la corrupción y el paro han desbancado al terrorismo en el orden de preocupaciones de los españoles, parece que algunos quieren olvidarse completamente de esta lacra que, salvo que se demuestre lo contrario, no ha terminado en España. Ni lo hará, al menos hasta que ETA deje las armas. Aún así, hay quienes prefieren mirar hacia otro lado. Pero se trata de un problema grave cuyas secuelas seguirán presentes tanto en la memoria de las familias afectadas como en la del conjunto de la sociedad española.
Al parecer, en el Parlament de Cataluña no ven a las víctimas del terrorismo como dignas de ser recordadas en el hemiciclo. Prueba de ello es que, cuando se cumplen 26 años de la masacre de Hipercor, varios grupos políticos han bloqueado una declaración de apoyo a los fallecidos por esta causa y a sus familias.
Ciutadans tenía la intención de conmemorar la fecha con una declaración de tipo institucional apoyando y recordando a las víctimas. Pero cuando Jordi Cañas presentó su iniciativa, solamente el PP la apoyó. ERC, ICV y la CUP se negaron en redondo a aprobarla. Y el resto de partidos, lejos de presentar
Decía Cañas que el Parlament “no había estado a la altura”. Y tenía razón. Es absolutamente lamentable que un grupo de personas elegidas para representar y defender los intereses de sus votantes se niegue a recordar a los muertos de semejante tragedia.
El texto original pretendía honrar públicamente su memoria y establecer una conmemoración anual coincidiendo con el 11 de marzo, día declarado por la UE para recordar a las víctimas. Pero finalmente tuvo que ser leído ante menos de una decena de periodistas en sala de prensa. Casi a escondidas, como si fuera algo malo o, incluso, un motivo de vergüenza.
Vergüenza precisamente es lo que deberían sentir los responsables de esta decisión. Los intereses políticos extremos y los guiños a los violentos y a quienes les apoyan no pueden estar presentes en una cámara en la que se representa a todo un pueblo. Más allá de regionalismos, nacionalismos, independentismos y demás “ismos”, está la vida de las personas. Ciudadanos inocentes que perecieron por una causa con la que no tenían nada que ver.
Si la clase política ya está desprestigiada por sus múltiples casos de teje-manejes económicos, esto es lo que les faltaba para el duro. Con estos personajes representándonos, no ganamos para disgustos.