Poco ha tardado el nuevo Gobierno griego en dar un golpe de timón a las promesas que llevaron al actual Ejecutivo al poder. La alarmante falta de liquidez, las tensiones de su maltrecho sistema financiero y, por supuesto, la presión exterior del Eurogrupo -ultimátum de por medio- han obligado a Tsipras a anunciar la solicitud de una ampliación del rescate griego de hasta seis meses. No es que esto suponga aceptar un nuevo rescate como tal, pero sí abre un proceso para negociar el acceso a nuevas líneas de crédito. Algo que sirve al ministro griego de finanzas, Yanis Varufakis, como fórmula para “coger oxígeno” ante la evidente posibilidad de morir ahogado. Los de SYRIZA empiezan su legislatura cediendo ante Europa donde juraron y perjuraron que no lo harían.
Los motivos que alegan los griegos son, por supuesto, distintos. Para Tsipras y su equipo, todo es culpa del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, causante último de la ruptura de sus negociaciones. Negociaciones que, según el propio Varufakis, estaban ya plasmadas en un borrador en poder del comisario de Economía de la UE, Pierre Moscovici, en el que se explicaba la extensión del rescate y se ponía de manifiesto la necesidad de paliar la crisis humanitaria en Grecia. El caso es que todas las fuentes -salvo las griegas- indican que no había tal borrador, sino que simplemente se trataba de una de tantas propuestas recogidas en un documento de trabajo sin consensuar aún.
De uno u otro modo, lo que queda claro es que los nuevos gobernantes helenos ya están empezando a darse cuenta de las múltiples dificultades que tiene aplicar, aunque sea lejanamente, sus propuestas económicas. Propuestas muy populistas y populares, pero muy poco realistas. Igual a alguien le suena familiar.
Eso sí, la actitud desafiante -como la esperanza- es lo último que se pierde. A pesar de su anuncio, Tsipras ha reiterado que pretende cumplir sus promesas electorales y, de hecho, sus primeras leyes serán aprobadas este viernes en el Parlamento. Genio y figura. Más cuando acaba de ceder ante el Eurogrupo a las primeras de cambio. Aunque por supuesto la culpa sea de los demás.
@rodriguezcaveda
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