Un Gobierno de concentración en el que las carteras económicas recaigan en el Partido Popular. Es lo que Esperanza Aguirre pretende que se plantee José Luis Rodríguez Zapatero como solución a la crisis: gobernar con el PP. Casi nada.
La presidenta de
No es que la posibilidad de un Gobierno conjunto sea mala para España. En realidad, podría ser algo fantástico. Pero como se antoja absolutamente imposible, parece absurdo que el PP pierda tiempo con ofrecimientos de este estilo. El Partido Socialista nunca aceptará dicha propuesta, por beneficiosa que ésta pudiera ser para España. De estar en el lugar opuesto, tampoco el PP lo haría.
Visto desde el punto de vista de los ciudadanos, que son los que votan, podría ser un hito para la democracia española: los dos partidos mayoritarios, juntos contra la crisis y por España. Algo similar a la coalición de Patxi López en el País Vasco, pero con más implicación si cabe desde ambas partes. Pero no ocurrirá. Así que mejor ir olvidándolo para no empezar a soñar despiertos. Eso ya lo hace Espe por nosotros.
Desde el PSOE han contestado –a su manera- a esta propuesta. Su secretaria de Organización, Leire Pajín, ha asegurado que Aguirre “tiene un problema” porque dice cosas que perjudican a su partido “medio en broma, medio en serio y con micrófonos abiertos”. Otra más de esas indirectas que tanto utiliza el Gobierno en los últimos tiempos, fruto de la aplicación del sarcasmo como única defensa posible para un partido desorientado y superado por los acontecimientos.
En definitiva, está claro que la idea de Esperanza no prosperará, porque implicaría la aceptación por parte del PSOE de su incapacidad para gobernar. No obstante, parece claro que algo hay que hacer. Llevamos ya años inmersos en la crisis, y de momento el Gobierno de Zapatero sigue proponiendo “pactos” que no llevan a ninguna parte. Bueno sí: llevan a perder tiempo. Como dice Rajoy, “a esperar que escampe”. Y de paso ver si desde fuera nos sacan del hoyo.