Podemos enmarcar la historia reciente de los osos pardos cantábricos en cuatro etapas: Osos 1.0, es decir: tendencia a la baja; Osos 2.0, la situación tocó fondo; Osos 3.0, la población comenzó a recuperarse y se empezó a generar una demanda de observación y Osos 4.0, cuando la recuperación se consolidó y ver osos en libertad pasó de ser una técnica de estudio a una posibilidad de explotación turística.
Durante la etapa Osos 3.0 la posibilidad de ver un oso era una lotería que pocas veces tocaba, incluso para los profesionales de su estudio y seguimiento. Entonces la oferta relacionada con el turismo osero se centraba en conocer el país del oso: visitas guiadas para mostrar el ambiente en el que los osos vivían, observar la fauna de la zona, con suerte alguna huella en el barro, pero la esperanza de ver al oso entero, por improbable, era poco más que una quimera.
Sin embargo, los aficionados a la naturaleza, coleccionistas de experiencias, armados con equipos ópticos cada vez más potentes iban haciéndose cada vez más numerosos buscando al esquivo animal. La generalización del telescopio como instrumento de observación y la aparición del digiscoping, técnica para tomar fotos sobre el objetivo del aparato óptico, añadió a la antigua experiencia el trofeo capaz de ser exhibido entre los compañeros de afición y compartirlo a través de las incipientes redes sociales. Primero mensajes por SMS, luego Twitter, Facebook o Whatsapp. El que tenía la fortuna de ver un oso avisaba a sus colegas. En minutos u horas enjambres de vehículos 4×4 llenos de pegatinas de temas naturalistas de los que descendían tipos vestidos de camuflaje, cargados de trípodes, telescopios y cámaras con teleobjetivos crecieron como las setas. Luego llegaron los extranjeros, primero los británicos embarcados en la observación de aves por todo el mundo, que venían con sus guías y entre treparriscos y buitres alucinaban viendo un rebeco o un oso. Para ellos el oso era un subproducto cuando el tema estrella del turismo de observación internacional eran las aves.
En este entorno emergente se propuso a las autoridades del Principado de Asturias adelantarse, creando unas reglas de juego antes de que fuese demasiado tarde. Pero era demasiado pronto y muy pocos lo entendieron. Llovieron las críticas: unas por sentido patrimonial, otras por desconfianza y otras por hábito. Llegaron Naturtrek; WildWatching Spain; Blue Sky Wildlife; Wild Wolf Experience, Iberian Wildlife Tours; Wildlife Worlwide; Somiedo Experience; Natur Naturaleza y Turismo o Quei Vitorino Experiencias Medioambientales, con regulación o sin ella. Es cierto que hubo desmadres, pero nunca protagonizados por grupos organizados. Tampoco hay que olvidar que algunos osos jóvenes se exhibieron impúdicamente cerca de pueblos y lo nunca visto salió por televisión. ¿La polémica propuesta desencadenó un efecto llamada? Creo que no porque muchos de los que venían a ver osos lo hacían de fuera de Asturias. ¿Son peligrosos los grupos organizados? Tampoco lo creo, la vigilancia de un guía profesional, que responde del comportamiento del grupo es más segura que el descontrol del espontáneo que va por su cuenta.
Algunos invocaron la mercantilización del oso como un riesgo. Confundían mercantilizar con aprovechar, como algunos confundieron ser prudentes con ser timoratos, pero la confusión colaboraba con los negacionistas. El hecho fue que el valor añadido del oso en la economía local y como motor turístico ha hecho más por su conservación que todas las campañas bienintencionadas. Cuando en agosto de 2015 Pía Buccela, alta funcionaria de la Dirección General de Medio Ambiente en la Comisión Europea, vino a Asturias a comprobar si la convivencia entre osos y población local era como se decía en los mentideros comunitarios y lo comprobó, acabó preguntando ¿No podría hacerse algo así con el lobo
Pero existían reglas. En 2015 la Asociación de Turismo Rural Fuentes del Narcea y el Grupo de Desarrollo Rural Alto Narcea-Muniellos elaboró un manual de Buenas prácticas para la observación de fauna. Las temidas empresas de turismo rural dieron un paso decisivo en la concienciación de sus clientes que incluía un decálogo de compromisos con el ecoturismo responsable, un código ético del observador de fauna, recomendaciones de buenas prácticas para los fotógrafos de la naturaleza y propuestas para minimizar los impactos del turista rural (https://issuu.com/altonarceamuniellos/docs/manual_buenas_practicas_observacion), además de proponer una ruta con la ubicación de miradores seguros donde se puede intentar la experiencia de ver osos sin peligro para los observadores ni para los observados (http://tierradeosos.es/experiencias/ruta-en-coche-por-los-miradores-del-oso-.html). Por fin algo positivo; toda una lección para los críticos y una respuesta contra la inacción de la administración pública.
Aunque la generalización de las observaciones de osos cantábricos es una consecuencia de su incremento, la experiencia ha sido tan positiva que otras comarcas donde los osos son todavía una rareza también quieren ponerla en práctica. Así, Picos de Europa (https://www.elcomercio.es/asturias/oriente/201506/24/expertos-estudian-implantar-turismo-20150624004644-v.html), Ponga (https://www.elcomercio.es/asturias/oriente/preparados-vuelta-20180307003301-ntvo.html), Redes (https://www.elcomercio.es/asturias/occidente/parques-somiedo-redes-20180323002159-ntvo.html) o Lena (https://www.elcomercio.es/asturias/cuencas/caudal-quiere-impulsar-20180527020630-ntvo.html) buscan ahora una marca turística sostenible alrededor del oso.
Pero el oso no más que una pieza más en la oferta de turismo rural. El país de los osos sigue siendo más entretenido como actividad familiar que pasar interminables horas mirando por un cristal para ver algo o no, frecuentemente un puntito en la lejanía que siempre ve el vecino, pero cuando queremos enfocarlo nosotros ya desapareció. Eso queda para los frikis.
Pero no todo es fiesta. Vienen tiempos complicados como consecuencia del incremento y la seguridad es el tema clave del futuro. La conservación del oso pardo no debe morir de éxito porque hay quienes están empezando a atreverse a anunciar el apocalipsis de los osos desmadrados. Ese será el período Osos 5.0.