Es completamente falso que hayan logrado la primera con los lobos gigantes
Ha obtenido gran repercusión mediática el anuncio de la recreación de los lobos gigantes. Ha sido portada de ‘Time’ con la etiqueta de Extinto tachada. La receta, conceptualmente, es sencilla: se toma el genoma de la especie más afín (en este caso un lobo, normal y corriente), se le sustituyen unos cuantos genes que regulen algo parecido a 20 de los caracteres perdidos, se subroga la maternidad a una perra et voilá: especie reconstruida. Técnicamente la cosa es mucho más complicada, especialmente cuando se trata de un animal muy distinto a los lobos actuales, perteneciente a un género diferente, y compromete la ciencia genómica más puntera, sin olvidar que para conseguirlo tuvieron que desarrollar nuevas herramientas que permitiesen tal manipulación genética.
Colossal Biosciences, la empresa que lo ha realizado, ha asegurado que han logrado la primera desextinción. Completamente falso. Los hermanos Lutz y Heinz Heck tuvieron la idea de recuperar la gran tríada de la fauna aria mencionada en ‘El Cantar de los Nibelungos’: los caballos salvajes, los uros y los bisontes. Junto con otras iniciativas fueron los responsables de que el bisonte europeo no se extinguiera, aunque eso era relativamente fácil; más complicado era desextinguir las otras dos especies. En 1921 (cien años antes del nacimiento de Colossal Biosciences) iniciaron la reconstrucción genética del uro mediante rectrocruzamientos (la biotecnología puntera de la época) seleccionando algunas de sus características en razas de ganado primitivo. Utilizaron el mismo método para reconstruir el caballo salvaje europeo (tarpán), considerando que en 1933 habían alcanzado su objetivo. La idea de cruzar entre sí los ejemplares portadores de los antiguos genes arios, eliminando generación tras generación los genes contaminantes, encajaba a la perfección con los ideales de pureza racial fomentados por el régimen nazi y tales prácticas de eugenesia animal fueron vistas como un objetivo científico modélico. Lutz también recibió el encargo de crear un zoológico patriótico que debía inaugurarse con los juegos olímpicos de Berlín, en 1936. Lo consiguió e ingresó en el partido nazi al año siguiente. En septiembre de 1940 requisó en la recientemente invadida Polonia los 28 konik que el veterinario polaco Tadeusz Vetulani había conseguido en un proyecto paralelo de reconstrucción del llamado tarpán de bosque. Hasta entonces habían sido amigos.javascript:falsePUBLICIDAD
Hoy día, los llamados toros y caballos de Heck y los konik se exhiben como tarpanes y uros recuperados y son un potente motor de la ideología del reasilvestramiento que inunda Europa. Si se consideran arcaicos los métodos de los hermanos Heck, hay otro precedente más tecnológico que en Colossal también ignoraron. El día de Reyes del año 2000, ‘Celia’, la última bucarda, es decir la subespecie pirenaica de la cabra montés ibérica, murió accidentalmente en una tormenta. Sus células sirvieron para que científicos españoles y franceses la clonaran siguiendo el método empleado para obtener la oveja ‘Dolly’ mediante la maternidad subrogada de una cabra montesa de otra subespecie. Nació en 2003, pero las malformaciones no le permitieron vivir mucho tiempo.
Es propio de los estadounidenses no tener en cuenta lo que hacen otros, ocupados como están con su ombligo. Ese desinterés por lo ajeno es parejo a su obsesión por ser los primeros y los más grandes. Si no miras, no ves, pero no importa, ellos dominan la propaganda. Pasa igual con cualquier esfera de la cultura. Lo que no sucede en alguna de sus capitales suele pasar desapercibido e ignorado. Un documentado libro del crítico musical estadounidense Dorian Lynskey sobre la historia de la canción protesta aseguró que la primera de este género que tuvo éxito comercial en el mundo del espectáculo y gran difusión fue ‘Strange fruit’, aunque, por poner dos conocidos ejemplos de canción protesta, el tango ‘Cambalache’ y ‘Lamento Borincano’ hacía años que habían sido éxitos internacionales cuando Billie Holiday lanzó su canción.
Desde los años 30, cada proyecto de desextinción que da un pequeño paso se celebra como si fuese el éxito definitivo, pero a pesar de los importantes avances tecnológicos nadie ha conseguido crear una especie nueva. La empresa que ahora ha dado el nuevo paso es una empresa privada que necesita captar dinero, y sabe hacerlo muy bien. Simula una desextinción como la de Parque Jurásico y ya tiene el apoyo de sus productores y de sus fans. Eliges un animal representativo de una serie, como ‘Juego de Tronos’, y duplicas los apoyos. Las ideas que nos entusiasmaban cuando éramos niños, en una sociedad tan simplificada, tienen más éxito cuanto más infantiles sean. Es difícil luchar contra eso.
Varios científicos han señalado que lo obtenido no es la especie perdida, sino ‘algo parecido’ a la especie perdida. Ni siquiera recuperaron su genoma e ignoran cientos de detalles de su comportamiento, de su fisiología o de su regulación genómica. Lo obtenido es como la reproducción a tamaño natural de ‘Las Meninas’, que no es, ni de lejos, la obra de arte original. Resulta una mera fotocopia. Ni siquiera sabemos si los gigantoides Rómulo y Remo llegarán a adultos, como le pasó a la bucarda. Los falsos uros y tarpanes o los aparentes lobos gigantes pueden tener un valor didáctico, como la Neocueva de Altamira o la Cueva de Cuevas del Parque de la Prehistoria de Teverga, para que el público tenga una idea de cómo era la fauna extinta, pero ir más allá, como pretender que cumplimos el deber moral de reasilvestrar nuestros montes usando fotocopias, como si fuesen originales, sería dar gato por liebre.