Cada vez que hay acontecimientos importantes: una oleada de secuestros aéreos, casos generalizados de corrupción política, un ataque terrorista masivo, F. Ibáñez saca un álbum de historietas de Mortadelo y Filemón para que nos echen una mano. En él los agentes de la TIA son enviados a una peligrosa misión de la que casi nunca nos salvan, pero nos hacen reír viendo las desgracias que les suceden, porque mientras se caen, les zurran o hacen el ridículo más espantoso, lo que les ocurre a ellos no nos sucede a nosotros y, de paso, sirve para hacer una crítica ácida de lo que sucede en nuestro entorno.
Supongo que es una cuestión de tiempo que el Súper les mande a defender Tabarnia de las asechanzas de la república de Tractoria. La situación que viven ambos territorios les es próxima, tal vez dolorosamente cercana, y en ellos se han vivido sucesos caóticos, surrealistas, contradictorios, absurdos, esperpénticos, paradójicos y enmarañados, característicos de las historietas de los agentes secretos más torpes de la ¿inteligencia? y ¿seguridad? gubernamental. ¿Es el Súper por su actitud despótica un infiltrado de Tractoria? ¿Envía a sus peores agentes a una misión que sabe que no podrán cumplir, de manera que su fracaso haga perder a Tabarnia toda esperanza? ¿La Agencia de Ciberseguridad de Tractoria absorberá a la TIA? ¿Se saldrá con la suya el taimado Pusdimony? ¿No le basta a Ibáñez con el guion que le han servido encima de la mesa o espera que nuevos y desquiciados gags le completen la historieta?
La forma en que se ha venido sucediendo los acontecimientos, que por sus excesos harían reír a un espectador alejado del teatro de operaciones, no hacen mucha gracia a la mayoría de los habitantes de Tabarnia, pero a lo mejor viéndolos en un papel lleno de onomatopeyas, bocadillos y de ¡¡¡§§@##*!!! les ayuda a digerirlos o a evadirse por un rato.