Ya hace una semana que estamos aquí, y como nos habían prometido Eolo se ha decido a visitarnos finalmente. Así que hoy nos quedaremos en la base preparando todo un sistema de incubación con agua de mar circulante para los experimentos que tenemos que realizar antes de terminar esta parte de la expedición.
Pero ayer las condiciones aún nos permitieron trabajar en la mar, así que no desaprovechamos la ocasión. Los oceanógrafos, los científicos en general, somos unos pesados que nos gustaría repetir las medidas “ad nauseam” si fuera posible. Lo llamamos replicación, tamaño de muestra representativo, etc. Toda una serie de nombres que lo único que significan es más trabajo para conseguir unos resultados publicables y significativos, estadísticamente hablando. En nuestro caso, esto se traduce en más horas en la mar lo que no sería posible sin botes y boteros. Este año nos acompaña en dichas labores Juan Bravo, o JB como lo conocen aquí, un veterano con 26 campañas antárticas a sus espaldas durante los 30 años que ha trabajado para el Instituto Antártico Chileno (INACH). Institución que nos presta el apoyo logístico necesario para realizar ciencia “en el fin del mundo”. Sin la buena disposición del bueno de Juan, su experiencia o pericia nuestra labor sería mucho más difícil o directamente imposible. Por eso hoy quiero aprovechar la entrada para resaltar la labor de todos y cada uno de los que hacen posible nuestro trabajo (boteros, logísticos, cocineros, soporte científico, fuerza aérea, armada…), porque sin su apoyo no se podría hacer ciencia antártica. ¡Gracias por toda la ayuda, la buena disposición y el buen humor!
Suena de fondo ¨Come as yo are¨ de Nirvana