Llevamos unos días sin demasiada suerte con la meteorología. En un juego de espejos perverso, el que iba a ser el mejor día para trabajar resultó ser el peor. Durante toda la semana el viento, nuestro peor enemigo, ha sido muy impredecible y no demasiado benigno. No obstante, hemos sido capaces de sacar algunas cosas adelante. El tiempo apremia porque el próximo martes, si la meteo lo permite, se marchará el grueso del equipo (4 de 6) y nos quedaremos sólo dos personas a rematar unas pocas cosas a la espera del buque que nos debe llevar a nuestra siguiente parada.
Isla Doumer. Aún tenemos unas cuantas cosas que hacer antes del martes 23, día de la despedida, y por eso hoy no hemos dudado ni un instante en salir cuando hemos visto que las condiciones eran mejor de lo predicho. La noche anterior dejamos todo el material preparado para los 4 o 5 planes de trabajo que barajábamos. Oceanógrafo precavido trabaja, oceanógrafo no preparado se queda en la base y pierde la “mini ventana” para salir a la mar. En menos de 20 minutos estábamos en el agua decididos a aprovechar el día y recuperar la estación que el otro día Neptuno nos había robado a última hora. Cuando salíamos todo parecía muy bonito, demasiado bonito (foto 1). Pero la alegría le dura poco al oceanógrafo y en menos de 30 minutos la cosa empezó a ponerse más fea (foto 2). Sin embargo, pudimos “robarnos” de vuelta nuestra estación y hacer el mantenimiento a los equipos que aún están en el agua a la sombra del imponente glaciar Collins. Hoy la fortuna ha estado de nuestra parte, así que estoy cansado pero contento. Mientras aporreo estas líneas Eolo ha comenzado a soplar de nuevo con fuerza, así que mañana toca día en la base preparando todo para el “sábado gigante”. Aparentemente será un día espléndido para trabajar así que intentáramos salir de nuestra bahía a la conquista del estrecho Bransfield. Espero que salga bien el día, ya que con eso dejaríamos listo todo o casi todo el trabajo antes de que nuestros compañeros regresen a la vida exterior. Esa que ahora mismo me parece tan lejana como la puerta de Tanhausser.
Suena de fondo ¨Under the bridge¨ de Red Hot Chilli Peppers.