Sirven los “latinajos” para desenvolver la pereza del pensamiento, y recordar que realmente, pocas cosas nuevas bajo el sol vamos a toparnos, sea cual sea la situación. En mi caso, además, no me dan un puntito de erudición, sino más bien de esa sorna gijonesa que me asemeja más al orondo fraile que cruza los dedos de sus manos sobre la prominente panza, sentado en cualquier sombra,-al estilo bosque de Sherwood-,que al sabio que dicta casi sentencias con sólo engrasar un poco sus lóbulos cerebrales.

No sé si seguimos en campaña electoral aún; podría ser porque 2015 promete ser de los más pesados en ese sentido, pero entre pactos, ofertas, contrapactos, cordones sanitarios, acuerdos de barra de bar, lecciones de democracia por parte de quienes no creen en ella, el hastío de que todos ganan, que han escuchado la voz del pueblo y que van a interpretarla, me da a mí que tendremos para un buena temporada todavía.

Nadie se pone de acuerdo, todos quieren subirse a la cucaña. Desconocen, tal vez por ambición, que muchos son los llamados, pero sólo uno el elegido que se lleva el premio. Claro está que a ellos no les supone desgaste físico de ningún tipo, a algunos tampoco mental, para qué vamos a negarlo. En España aparte del fútbol, también lucimos bien en otros deportes patrios: venganza, cinismo, envidia… En eso, sean de la cuerda que sean, son todos iguales, cortados por el mismo patrón, y ahora andan nerviosos porque la tan siempre cacareada ciudadanía les ha salido por peteneras, y los aparta de la zona de confort.

No votamos a favor de nadie, sino contra alguien, de esa sinrazón provienen las pesadillas con las que hemos de lidiar los próximos cuatro años. No falla la comunicación, falla el qué comunicar, y cuando lo hacen, seguimos usando parámetros de otras latitudes, empeñados en compararnos con los ciudadanos de las mismas, copiando las formas, pero sin entender aún a día de hoy que no somos ellos. “ La economía ,estúpido ” fantástica frase de James Carvile al servicio de la campaña de Bill Clinton. Siempre hay un pero, no somos USA. Ni americanos, ni vemos la bandera nacional colgando orgullosa en balcones, arbolitos de jardín, oficinas, motos, cantando por la mañana en clase los escolares mano en pecho el himno nacional, sea cual sea su origen, raza, condición. Veneran a los” Vets”, veteranos de cualquiera de las guerras en el mundo, porque en todas andan liados la verdad sea dicha. Sacrifican de sus impuestos coberturas como la sanidad pública que nosotros disfrutamos y no valoramos, para seguir armados hasta los dientes. Dicen los que van de demócratas cabales impartiendo lecciones por estos lares, que la Constitución americana no prohíbe silbar el himno, ni quemar la bandera. No hace falta; ponte en la Superbowl a hacer el chorras, o en una final de NBA, a ver cuánto duras. Los mismos inteligentes opinan que en España deberíamos cambiar la carta Magna, en Estados Unidos tampoco la votó ninguno de los vivos actuales, simplemente hacen enmiendas. Tuvieron también una feroz guerra civil, pero cada vez que se aborda el tema, en el cine, en la literatura, en la historia, se dirigen con auténtico respeto a sus muertos, y son considerados héroes, los de una y otra facción, focalizando el interés en lo que les unía, el amor a su patria, aunque desearan diferentes desarrollos en la misma.

Será la economía, pero números mandan, más de un 5 % de paro es una tragedia en el mundo anglosajón. En Inglaterra están al 6%, más europeos ellos, disponen de servicios análogos a los nuestros, más bien lo contrario, porque los británicos que ahora empiezan a recortar, disponen de unas coberturas sociales para con sus nacionales, que hacen de nosotros, emigrantes en vuelo chárter,- un peldaño más arriba que la patera-, pero para ellos empezamos a ser comparables a los que nosotros recibimos, “ A un panal de rica miel…” En nuestro estúpido orgullo mal entendido no nos damos cuenta aún, o no nos lo “comunican” nuestros amados políticos, los de viejo cuño. Los Bienaparecidos, que ahora se venden como centro de la social democracia, “de toda la vida” provocan en un primer estadío hilaridad, porque vamos, su fenotipo de barba, morenos, con coleta, es del todo nórdico, Finlandeses de pura cepa, o tal vez sea porque ante preguntas incómodas “se hacen los suecos”, pero no a lo Olof Palmer, que iba en bici al teatro, sino con las prebendas de esa “casta” a la que al menos hasta hace cuatro días criticaban…

Somos tan cainitas que sólo ofrecemos fosas a la historia. Abundan más bajas por “fuego amigo” que por ir todos a una hacia el contrario. Cuando eso se produce, y damos lecciones al mundo, no faltan voluntarios para tergiversar la Historia, o condenarla al olvido, el mayor castigo que infringía Roma, borrar los nombres para las generaciones venideras. Tal vez por eso no sea tan desacertado el uso de “latinajos”. No es una visión belicista, pero nos falta aún mucho. No es el himno, ni la bandera americana, no, no es eso. Es dar una ojeada a los camposantos que acogen por millones, los jóvenes americanos que quedaron enterrados en Europa, los cementerios franceses son su mejor ejemplo.

Son las amapolas que orgullosamente lucen los británicos cada mes de septiembre, en honor a la sangre derramada por los suyos; Es el paso fuerte y la mandíbula orgullosa que los descendientes de los millones de rusos caídos en la segunda guerra mundial alzan cuando cantan atronadoramente su himno. Aquí, hace cuatro días como quien dice, se cumplió nuevo centenario de la guerra contra el francés, ¿Se ha enterado alguien?. Quienes al amparo de la Logse progresan adecuadamente, Daoíz y Velarde deben ser dos cromos del pokemon que aún no les han salido…. La españolidad  defendida del sitio de Gerona, ni que decir tiene el de Tarragona, estaba como para celebrarse, inmersos en ser lo que no son, negando lo que siempre fueron y  orgullosos defendieron. “ Rendir no era acorde con la defensa heróica hecha por los ciudadanos de ésta plaza…” así comenzaba el último diario del comandante de la plaza tarraconense, el día en que no quedaría soldado, hombre, mujer o adolescente sin masacrar, entrando hasta los heridos al combate contra lo mejor de las tropas napoleónicas. Sirva como ejemplo, ejemplo de olvido para con los nuestros.

No es la comunicación, es qué nos comunican. Es saber qué estamos dispuestos a jugar en la partida. Cortoplacistas, o miras de futuro, yo me apaño con lo mío los demás….época de pactos, qué solemnidad para una simple majaradería.  Simplemente es una nueva versión del “ Qué hay de lo mío?”. No pueden pactar, porque desde el desconocimiento de la vida se les ve el plumero de su propio interés. Unos asaltan el poder, al menos eso quieren. La experiencia dicta que el chulo de taberna siempre acaba cobrando, pese a que comience la bronca con público a favor, te jalearán, pero a la hora de la verdad harán mutis por el foro,  “Memento mori”. En la otra esquina, quien tampoco conoce la vida real, fuera de la política, hijo de universidad privada, que defiende a ultranza la pública para los demás. No sé si por creencia, o porque no llegaban las notas en su caso….,Le falta tanta perspectiva de la vida, que confunde la mirada de su oponente, viendo ternura donde sólo existe lástima, hija del ego.

El resto, que padecen del mismo mal, siguen entre galgos y podencos, sin pasar del pillo de Tormes, y así les va. Lo malo es que como gobiernan ellos, así nos luce el pelo. Aquí no se cumple la ley, para qué, si se puede legislar “ad hoc” para que un delincuente se convierta en honrado.  Si la prostitución es un problema, no se encierra a los proxenetas y se tira la llave, legislando hacia la integración de las mujeres, no: Se multa al cliente. Un imbécil, – sin perdón de una sola letra-, eleva una queja porque no le atienden en su idioma autonómico, en un tren nacional, de largo recorrido por España, no se le invoca la obligatoriedad del conocimiento del español, ni tan siquiera se desestima y se le deja madurando qué es lo que no funciona en su mente. Desde la mismísima vicepresidencia del gobierno se exige que los mileuristas de los camareros subcontratados para servir el café, hablen las lenguas del Estado. Con un par, donde la inmensa mayoría de nuestros políticos patrios desconocen alguna otra, y la suya, la nuestra, a veces, la pronuncian de forma incomprensible. Seguimos en año electoral, e incluso los pactos se mirarán con lupa, para no dañar intereses, los suyos, no nos llamemos a engaño. Prometí a mi colega el Dr. X citar a Hemingway. “Por quién doblan las campanas “, ¿no lo sabes aún?, su luctuoso y cansino tañir debería helarte la sangre, están pactando, por nosotros. Eso dicen…