“Desmontar la 302 y embalarla, que ya se fueron los políticos. Y rapidito, que hay que echar el candao”. El 16 de febrero, tras el acto oficial de la segunda primera piedra del hotel de 5 estrellas de la cadena AC, la actividad cesó por completo en la Laboral. El Principado adjudicó la concesión en 2007 para 40 años. Entonces Antonio Catalán aseveró: “En 9 meses abrimos”. Han pasado cuatro años. Y ojo Antonio, ¡te quedan 36!
Se cumple un mes de esa segunda piedra y de los nuevos plazos de Catalán. Las obras, dijo en febrero, empezarían de forma inmediata para inaugurar a finales de año. Allí estaban, en la habitación piloto, Areces, Felgueroso, Argüelles y Mercedes Álvarez asintiendo. Todos muy contentos. Ayer EL COMERCIO llamó a la cadena AC antes de hacer público el abandono. Y la respuesta fue: ‘No coment’. O sea, largarto lagarto.
Si hay crisis, si no hay dinero, si no hay intención, ¿por qué tanta bola? No será, casualidad, por ese 22 de mayo que flota sobre muchas cabezas como un tsunami. La consigna en fechas preelectorales es inaugurar. Siempre ha sido así, gobierne quien gobierne. Pero claro, esta vez se han encontrado con poca cosa donde hincar el diente. Y así andan como un pato mareado del atrio del HUCA a la 302 del AC, sacándose la foto junto a trozos de obra. Para esta semana, dos sugerencias: la rotonda de Nuevo Roces, esa que te deja entrar al Leroy pero no volver, y ese cristo de semáforos que montó Sanjurjo en el cruce Einstein/Pecuaria/Botánico, donde debería precisamente haber una rotonda. Dos apariciones de verdadero impacto, oye. O, a una mala, a falta de cinco estrellas, ¿qué tal una pensión en Cimavilla? Prometemos hacer foto.