En una montaña rusa no hubiera sentido más aire dentro del cuerpo. ¡La victoria del Bernabéu nos da alas! Deja la permanencia a dos pasos; ojo, dos pasos que hay que dar en ocho jornadas. Y nos mete un gustirrinín en el cuerpo difícil de olvidar. La ocasión la pintaban calva: el Madrid, sin pólvora y con el Tottemhan a la vista. Así salieron los merengues, a ese medio gas de sus vísperas de Champions. Y el Sporting ordenado y sufrido sacó oro blanco de su esfuerzo. Hubo suerte. Mucha suerte, hay que reconocierlo, pero que nos quiten lo bailao. Y lo sudao.
En mi memoria histórica está el 0.1 con gol de Velasco a un Madrid descompuesto. No supo tan bien. Y el 2-3 de la Copa tras empatar en El Molinón con tres goles de Abeloski y un partidazo para la posteridad de Joaquín. Y cómo no, en la memoria histórica está también el robo de Borrás del Barrio, aquel árbitro que nos robó una Liga en el Bernabéu que ya nunca podremos ganar. De aquel 3-2, un robo escandaloso, nació en Gijón el antimadridismo y el ‘así así gana el Madrid’. Yo solo soy sportinguista. Entre el Madrid y el Barca, me quedo con el Sporting. Que ganen los dos en Europa y que pierdan en España. Ese es mi deseo ante la prepotencia.
Anoche se hizo la proeza. Pero aún queda remar para llegar a la otra orilla. Así que no lo celebremos demasiado, a ver si por una vez podemos llegar tranquilos al final de la Liga: sería muy bueno para nuestro corazoncito. Me quedo obviamente con la defensa; con el incio de la jugada del gol, con un Lora tremendo, con el pase de Cases y el gol de De las Cuevas, pura técnica. Todos fueron superhombres. Y yo, que peco a veces de pelma, insisto en que Sangoy es un buen delantero centro. Espero que le dejen demostrarlo. Que juegue, con permiso de Barral, cuando el equipo está bien. No cuando estaba descompuesto. Y ahora a brindar,
Sporrrrrrrrting! Preciaaaaaaaaaaaaaaaaaado!