Iba a El Molinón con dudas: van a estar relajados, pensé. La machada del Bernabéu marcaba el clásico guión de final de una buena racha. Sin embargo, asistí a una feliz equivocación. Saltó al campo un Osasuna ramplón y un Sporting seguro, segurísimo en defensa y fluido en ataque, con dos laterales en plena forma (Lora y José Angel) que tan pronto cortan como se lanzan arriba. Así llegó el tercer 1-0 consecutivo, esta vez con plena justicia, si bien la suerte sigue de cara, pues el gol fue un regalo navarro.

Está casi salvado el Sporting. Faltan quizá una victoria y dos empates en siete partidos para alcanzar los 43 puntitos. Y no parece que habrá problemas. Vaya cambio de cara. La mini- revolución de enero fue providencial: tres descartes necesarios (matabuena, portilla y landeira) y dos recambios para el centro del campo (andré castro y cases) y la dinámica cambió por completo. De aquel Preciado errante y dubitativo de noviembre hemos pasado a un Preciado que incluso hace los cambios con tino; muy bien hoy, refrescando al equipo y dando la opción de lucirse a Diego Castro, que jugó hoy mucho más en media hora que en muchos partidos completos.

Con esta buena forma de todo el equipo, con esta espectacular segunda vuelta, cabe pedir un último esfuerzo para rematar la faena y disfrutar jugando al fútbol. Yo soy tan iluso que voy a El Molinón a ver jugar al fúbtol y, además de eso, a que gane el Sporting. Hoy hubo pleno al 15: buenos pases, jugadas trenzadas, intensidad, concentración. Con estos mimbres ves un equipo hecho y disfrutas. Mantengámoslos un poco más. A ver si vemos un tramo final de Liga con el Sporting en la mitad de la tabla y, lejos de las arritmias cardiacas de la primera vuelta, nos encendemos un partagás y damos un trago generoso a la petaca.

¡Gracias Sporting! Porque otro año seguimos en Primeraaaaaaaaaaaaa….