Tres flechas en un campamento | Campo y playu - Blogs elcomercio.es >

Blogs

Adrián Ausín

Campo y playu

Tres flechas en un campamento

(Trío de codemas en Pola de Gordón)

La imagen de un campamento circular con un mástil en el centro donde ondea la bandera de España parece sacada de un álbum en blanco y negro. En Pola de Gordón, adonde fui con 8 y con 12 años, había un campamento de verano. En realidad, estaba a unos 5 kilómetros del pueblo, junto a un río con una presa artificial donde nos bañábamos. En mi primera experiencia fui con mi hermano mayor. En la segunda, con dos amigos de clase del Codema: Hermes y Julio. Había que bautizar las tiendas y a la nuestra la llamamos Yucatán. De aquélla ponían el himno de España todos los días, con los scouts en formación en torno a la bandera. Si había habido un campeonato, enunciaban el nombre y el grupo que lo había ganado. Éstos decían: ‘Por España”. Eran las normas. Estábamos en 1979 y el asunto lo organizaba la OJE, lo cual daba una disciplina supuestamente marcial a las actividades. Yucatán no se caracterizaba por sus premios ni por sus habilidades, más bien por sus gambas. Así que un buen día después de dar los premios de la jornada, comenzaron a asignar tareas: “Intendencia, tal. Vigilancia, cual. Limpieza de letrinas, Yucatán”. Y nosotros, replicamos: “Por España”, mientras un miembro del grupo lanzaba un gas. A punto estuvimos de quedar arrestados. No tocaba brindar la tarea a la patria, sino callarse.

En aquel campamento en Pola de Gordón logré dos hitos deportivos sin parangón. El primero fue en el baloncesto. Jamás había jugado al baloncesto. Pero se organizó un torneo y empezaron los partidos con árbitro y tiempos. Los resultados en general eran rácanos, dada la falta de pericia generalizada: 24-30, 18-14, 30-8… Cosas así. Cuando le tocó jugar a Yucatán la cosa tomó aires de vodevil. En mi caso, corrí todo lo que pude, me desmarqué y pedí el balón con mi mejor intención. Pusimos interés, pero perdimos con estruendoso ridículo. El resultado quedará para los anales: 1-0. Los niños se acercaban al tablón de resultados y se partían el culo con el nuestro. No daban crédito, pero era real. Evidentemente, nos derrotó una certera falta personal.

El segundo hito deportivo fue en el campo de fútbol con porterías reglamentarias, de las grandes, pero sin red. Al fútbol controlábamos más. Julio era un seguro atrás mientras Hermógenes y un servidor teníamos mucha afición a atacar. Éramos once contra once y el árbitro, por cuestiones de buena vecindad, era un muchacho de unos veinte años del Sanatorio Marítimo, que estaba acampado en un prao cercano. La cosa pintaba mal y acabó peor. Íbamos empatados a un gol cuando los contrarios hicieron un tiro a puerta que pasó un metro por encima del larguero. El árbitro se equivocó y pitó gol. Aquello era un error excesivo. Todo mi equipo protestó, pero el gol subió al marcador. En la siguiente jugada tiramos a puerta nosotros y el balón pasó dos o tres metros por encima del larguero, pero todos cantamos gol con decisión y el árbitro, tras dudar, cantó gol. La cosa acabó como una romería en Peón, con el partido suspendido y la certeza por parte de nuestros monitores de que no había sido buena idea la elección del colegiado.

De aquellos campamentos quedan en la retina las marchas por el monte, los cánticos tan enérgicos como absurdos (tongoooo-epiparepapahué-oooané-vamos cantarla otra vez), la comida vomitiva y las juergas nocturnas en la tienda. En aquella tienda de Yucatán celebramos lo que se puede considerar la antesala de nuestro primer guateque. Habíamos comprado una botella de ginebra en Pola de Gordón, pero aquello no había quien lo tragara. Así que todos nos tiramos a por la caja de suspiros que había llevado Julio. Aún no teníamos edad de gintonics.

Temas

Gijón y otras hierbas

Sobre el autor

Adrián Ausín (Gijón, 1967) es periodista. Trabaja en el diario EL COMERCIO desde 1995. Antes, se inició en la profesión en Bilbao, Sevilla y Granada. En 2019 escribió para el Ateneo Jovellanos el catálogo 'Gijón Escultural'. Luego publicó la novela por entregas 'Cilurnigutatis Boulevard' en Amazon (2021). De la comedia pasó a la tragedia, sin anestesia, en la distopía 'El buen salvaje' (2022), donde denuncia los peligros para el hombre del abuso de las nuevas tecnologías. 'García' (2023) se pasa al costumbrismo con todos los ingredientes de la novela clásica, ambientada en el Gijón de 1979.


febrero 2012
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
272829