Nueces para el cerebro | Campo y playu - Blogs elcomercio.es >

Blogs

Adrián Ausín

Campo y playu

Nueces para el cerebro

Si plantas un árbol, ese día estarás contento. Abrir un boquete en la tierra, meter el cepellón, volcarle tierra troceada y regarlo es un proceso ilusionante. Luego toca verlo espabilar, crecer, extenderse. Hace tiempo que rumias la compra de un nogal. Comes nueces a diario. Las partes de un golpe seco con un martillo de madera. Y las intercalas con el pan con tomate. Un bocado de uno, un trozo de nuez, un trago de zumo de naranja (en estos tiempos, sidra dulce). Así que piensas en lo bueno que sería tener un buen nogal en el prao para recolectar nueces y autoabastecerte. Pero claro, ¿cuánto tarda en dar fruto? La respuesta sincera de Runza, en Quintueles, te deja pensativo. Échale unos cinco años, te dice uno de los hermanos. De todas formas, el tiempo vuela y cuanto antes lo tengas instalado mejor. Así que lo compras. Mide casi tres metros. Es una vara larga con un brote verde a la mitad y otro más amplio en su copa. Cuesta 28 euros. Tras unos consejos prácticos, el amable tipo te lo encaja en el coche con gran habilidad. Te lo llevas al prao, lo dejas apoyado en una blanca pared, la del tendayu del futbolín, y empiezas a maquinar la ubicación ideal.

En Runza te han puesto varias tareas. El nogal debe tener el entorno despejado para crecer como debe. Imaginas el momento en el que cambies las nueces de Mercadona en paquetes de 4,50 euros por nueces de Arroes frescas y lozanas. Has leído que son buenas para el cerebro. Tienen una forma similar, tan parecida que da un cierto repelús. Pero, acaso por sugestión, cuando las masticas tienes la sensación de que estás dando de comer a ese almacén de pensamientos que tienes bajo el cráneo. Además, saben bien, son adictivas y combaten a la vez el colesterol. ¡Joder con las nueces! De modo que tener un nogal se convierte en una cuestión de estado. Ahora has de hacerle sitio, para lo cual tendrás que provocar alguna baja incentivada pues hay cuatro piescales que no dan más que frutos negros podres. El prao no da más de sí. Para plantar hay que quitar. Y el nogal es, en estos momentos, un proyecto ilusionante a cinco años vista.

En la cena de anoche, entre molleja y molleja, otro asilvestrado te cuenta que plantó un nogal hace tres años, un ejemplar de apenas metro y medio que dio el verano de 2012 su primer fruto, una única nuez que vigilaba con disciplina militar a diario. Así fue hasta que una mañana halló la cáscara tirada en el suelo, abierta en dos y el fruto desaparecido por obra y gracia de (supone) una ardilla. Pilló un cabreo del quince, se armó de paciencia y aguardó a 2013. Este año, agotado del esfuerzo del anterior, el nogal de Sandoval no dio nada, además de sombra. Quizá se esté preparando para irrumpir en 2014 con nuevos bríos y alimentar acaso una mañana a toda la familia, pues el Paco tien muyer y dos fíos. Habrá que tener paciencia, no exigirle nada a corto plazo y darle, entretanto, conversación, entretenimiento, afecto y caricias por esa fina corteza alargada que coronan un puñado de hojas mustias dispuestas ya a entregarse a la invernada.

Temas

Gijón y otras hierbas

Sobre el autor

Adrián Ausín (Gijón, 1967) es periodista. Trabaja en el diario EL COMERCIO desde 1995. Antes, se inició en la profesión en Bilbao, Sevilla y Granada. En 2019 escribió para el Ateneo Jovellanos el catálogo 'Gijón Escultural'. Luego publicó la novela por entregas 'Cilurnigutatis Boulevard' en Amazon (2021). De la comedia pasó a la tragedia, sin anestesia, en la distopía 'El buen salvaje' (2022), donde denuncia los peligros para el hombre del abuso de las nuevas tecnologías. 'García' (2023) se pasa al costumbrismo con todos los ingredientes de la novela clásica, ambientada en el Gijón de 1979.


octubre 2013
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031