Está a punto de consumarse un nuevo despropósito. ‘Se regala delantero centro de la selección serbia. Razón: Sporting de Gijón’. El anuncio ha surtido efecto. El Celtic, por el mismo precio por el que se compra un defensa derecho que promete, se va a hacer con Stefan Scepovic, esa perla que fichamos con gran tino hace un año y que ahora parece un apestado. Es la gran política del Sporting: vender a precio de saldo. Si hacemos cuentas, veremos cómo de los 2,5 millones de la venta: 1 vuelve a esos misteriosos señores que adelantaron la pasta, un pico para ellos mismos en concepto de intereses, otro pico para Hacienda, otro para los intermediarios de la operación, algo más para el representante y cuando todas las misteriosas partes hayan metido mano en el saco a las arcas del club llegarán a lo sumo 300.000 euros por un delantero centro internacional, el puesto más cotizado del mercado. “Es que el chaval quiere irse”. “Es que tenemos que hacer caja”. Peregrinas razones.
Mareo es una marca reconocida en España y en Inglaterra. Si alguien echa el ojo en la Real Sociedad, allí piden la cláusula: 30 y pico por Ilarra y 30 por Griezmann. ¿Querían marchar por menos? ¿Y desde cuando se le pregunta a un jugador? El precio lo pone el club. El Athletic vende por la cláusula: Javi Martínez (40) y Ander Herrera (38). Dos ejemplos de fútbol de cantera que se hace valer. Pero es que también se remiten a las cláusulas equipinos como Osasuna (Javi Martínez, Raúl García), Getafe (Soldado, Barrada, Pedro León) o Celta (Iago Aspas). ¿Por qué no nosotros? ¿Porque estamos en Segunda? Pues aguantamos al jugador hasta Primera. ¿Para qué ponemos una cláusula de 25 millones a Scepovic para luego venderlo por 2,5? Parece un chiste, pero es tristemente cierto. Si vendemos a Scepovic por 2,5 ridículos millones, ¿por cuánto queremos vender a Barrera? ¿Por la mitad? Estamos absolutamente locos. No sabemos cotizar en el mercado nuestro producto. Más bien sabemos devaluarlo hasta que tenga un precio de chiste que llame la atención de alguien.
Para gestionar bien en el fútbol hay que ser chulo y como primera norma declarar intrasferible a toda tu plantilla. Ya habrá tiempo de negociar. El Sporting tiene un precioso equipo para la temporada 2014/15. Con o sin Scepovic. Parece que estamos todos asustados por configurar una plantilla asturiana, cuando es lo que debería haber sido desde que se construyó Mareo. Para eso se hizo precisamente. Ellos sentirán más los colores y el aficionado se identificará más, aparte de haber mimbres de calidad más que suficientes. Solo queda la incógnita de la juventud. Podemos vivir sin Scepovic. Pero no debemos regalarlo. También el Real Madrid puede vivir sin Diego López y Di María, pero su presidente ha demostrado una vez más su infinita estulticia en esto del fútbol. Echa a su mejor portero y vende a su mejor jugador, al más desequilibrante. Pero al menos lo vende por un pastizal. Aquí nada. Seguimos siendo los probes. En la aldea se regalan delanteros internacionales. Ya lo hicimos con Villa. Sacamos 2,4 millones por el mejor delantero centro de la historia de la selección española. ¿Se acuerdan?