Dos viejos cómicos han ido al cementerio a despedir a un amigo. Y cuando van a marcharse uno le pregunta al otro: oye, Fulano, ¿tú cuántos años tienes? 89, responde. ¿Y te trae cuenta regresarte a casa? Carlos Núñez, uno de los miembros de Les Luthiers, respondía con este chiste, hace dos días, a la atmósfera creada al tratarse la ausencia de Daniel Rabinovich en esta primera gira del grupo tras su fallecimiento en agosto. Lo hacía para EL COMERCIO ante Pablo Antón Marín Estrada, quien fue tan brillante en las preguntas como los luthiers en las respuestas. Así da gusto. Cuando hasta en el humor brilla la inteligencia la carcajada sale más limpia. No solo produce una saludable gimnasia física, sino también mental. Y de eso quizá no sepa nadie más, en el panorama actual, que Les Luthiers, tras 48 años triunfando en los escenarios con su exquisito hablar y su divertido cantar, sin meterse con nadie, más que con la naturaleza humana, y combinando, en cócteles explosivos, el don de la palabra (qué timbre), el ingenio, la simpatía y el don musical, aderezado todo ello de instrumentos imposibles de elaboración propia y, claro está, de unas tablas que solo alcanza quien lleva casi medio siglo en lo más alto.
¿Se puede decir algo nuevo de Les Luthiers después de verlos anoche en Oviedo? Basta aclarar que siguen siendo los mismos genios de siempre; quizá más, pues los buenos caldos mejoran con los años. Solo había una duda: ¿Cómo serían Les Luthiers sin Daniel Rabinovich? Él, junto a Marcos Mundstock, asumía una cuota adicional de protagonismo. Pero, aun extrañando su ausencia, solo puede decirse que el relevo pasó la prueba con sobresaliente. Martín O´Connor, de 49 años, hijo y nieto de actores, demostró ayer que no es precisamente un becario. Tal parecía que llevase toda la vida con estos argentinos setentones y coñones. Lució voz de tenor y estuvo audaz en todos los números, algunos con papel protagonista, como el genial ‘Manuel Darío’ que abrió el espectáculo. Quizá por una cuestión de edad, para estar más arropados ante imprevistos, Les Luthiers han combatido la baja de Rabinovich con una segunda incorporación: la de Horario Tato Turano, más discreto en sus intervenciones, pero no con menos currículum. Este bonaerense de 62 años es pianista, saxofonista, cantante, arreglador y compositor.
El estreno de su gira ¡Chist!’ (Antología) en Oviedo, con cinco funciones, puede interpretarse como la respuesta a pasados éxitos en tierra astur, el último también en Oviedo en 2012. Pero también, por qué no, como un guiño a esos Premios Princesa de Asturias (de las Artes o de la Comunicación; ambos están plenamente justificados) que, en justicia, habrán de acabar recibiendo. Si Les Luthiers nacieron, como servidor, en 1967; no sería mal deseo que tomasen algún elixir para tenerlos por compañeros en todo el periplo vital por este mundo cada vez más crispado donde tanto bien hace su fino humor argentino. En el quinto encuentro personal con los creadores de Johan Sebastian Mastropiero, tras aquel memorable de hace veintitantos años en Granada, dos en Gijón y otros dos en Oviedo; las esencias siguen intactas. ‘La Comisión’ de dos políticos corruptos marcó esta vez el hilo conductor, al visitar a un músico que debe retocar el himno nacional (genial Carlos Núñez al piano) y el rap ‘Los jóvenes de hoy en día’ ofreció un final épico, antes de la propina, con Carlos López Puccio y Jorge Maronna desenfadadamente rockeros. ¿Qué más decir? Quedó todo dicho hace tres años tras su actuación en el Calatrava. Pero nunca debe dejar de repetirse el aplauso ante la excelencia. Gracias, amigos. ¡Sos lo más grande!
Post del 9/3/2012 tras actuar en el Calatrava: Les Luthiers