Vaya por delante la gratitud por todo el camino andado. Sin embargo, resulta necesario decir que el partido contra el Getafe lo perdió Abelardo por reiterar en un error que no cometió prácticamente nunca la pasada temporada. Entonces hacía los cambios con bastante sentido; al igual que las rotaciones en los puestos de adelante, pues eran fijos los siete de atrás más Jony. Lo demás tenía variaciones. Anoche, tras el descanso, en cinco minutos era meridiano que el Sporting estaba fundido: o tenía una pájara o faltaba gasolina. La situación era además generalizada. Pero Abelardo es de esos entrenadores a los que les cuesta hacer el primer cambio; de hecho, jamás sustituye a nadie al descanso, algo inexplicable. Ayer, Alex, Lora y Barrera debían haber saltado al campo mucho antes del minuto sesenta. Y relevar a Halilovic, Jony y Sanabria. Esos hubieran sido los tres quizá más acertados. Pero también se podía meter en el saco a Mascarell o Guerrero. No cambió Abelardo y el Getafe nos comió. Es fácil diagnosticar los partidos una vez terminados, pero esto que ahora escribes lo decías a voces ayer en el periódico desde el minuto uno de la segunda parte: “Abelardo, ¡cambia a tres!”. No te pudo oír.
Consumado es caos, a Abelardo se le volvió a ir la pinza. Esta vez, verbalmente. “La permanencia es una quimera”. Pidió fichajes en rueda de prensa en un tono que claramente despreciaba a lo que tiene. Lloriqueó también Abelardo el verano de 2014 cuando se acercaba el inicio de Liga. Le temblaron las piernas y soltó aquello de que no se comprometía a nada con el plantel que tenía. Posiblemente si le hubiesen dejado hacer siete fichajes no hubiésemos subido, por aquello de los aciertos/desaciertos/adaptaciones/etc. Quedó lo de casa y subimos. Ahora tenemos lo de casa y tres más. Y es cierto que la cosa anda justita para Primera. Pero apretando el culo y remando como leones, luchando como hacía aquel horripilante Athletic de Bilbao de hace diez o quince años que no bajó porque dios no lo quiso, no se baja. El Granada tiene grandes jugadores, pero es un equipo de mercenarios. El Getafe tampoco es ninguna joya. El Levante… En esta Primera hay dos divisiones y en la segunda, donde jugamos, hay mucha montonera. Así que no tiremos la toalla tan rápido.
Lees hoy sorprendido que queremos traer cedido a Viguera, cuando ya tenemos tres delanteros centros cuando menos aceptables. Lo que nos falta es centro del campo y en este momento en especial un secante. Abelardo habla de la falta de calidad. Antes, a tu juicio, hay que tener a Sergio Álvarez y, mientras ha faltado, un sustituto que no existe en la plantilla. Entonces piensas: ¿Cómo pudimos renovar a Hugo Fraile y echar, con liquidación millonaria, a Mandi cuando era el único medio de corte que podía relevar a Sergio? Mascarell no sabes a lo que juega y Cases resulta intermitente. Faltan paisanos en el centro del campo. En todo este latifundio abierto desde la lesión de Sergio solo cabía una solución parcheadora: un trivote con Barrera o con Rachid o incluso con Guitián. Con quien sea. De haber estado Mandi en la plantilla a buen seguro que tendríamos algún punto más. Pero sin consistencia en el centro del campo eres hombre muerto.
Un último apunte. Halilovic es un chupón que pierde el 80% de los balones que toca. Dada su calidad, no queda otra que contar con él, pero de segundo delantero. Más atrás, balón que pierde peligro mortal para la defensa. Y por supuesto hay que quitarlo, quizá todos los partidos para dar músculo al equipo en las segundas partes. Dejar en el césped a ‘artistas’ cansados no tiene rédito. Los goles de la victoria en Coruña y en Cornellá los marcó un tal Álex, al que no hemos ofrecido aún ni la renovación. No menospreciemos lo que tenemos. Y si se puede que busquen a alguien parecido a Rivera, el último gran crack que militó en el Sporting, sentado en el banquillo por Preciado y por Clemente y expulsado finalmente para irse al Elche y ascenderlo. Pero esa es otra historia, aunque no tan lejana.