Un grupo de amigos aficionados a la bicicleta decidió en 2011 homenajear a uno de sus miembros: Chema. El porqué solo lo saben ellos. Puede ser que Chema, tras subir con esfuerzo los repechos que van desde el puente del Piles hasta el alto de La Providencia, soltase en la cima unos sonoros cagamentos para festejar la gesta. Puede ser que Chema siempre ganase la carrera a sus colegas o siempre la perdiese. O sea, o era el peor o era el mejor, pero este lugar no le resultaba indiferente. La cuestión es que dicho año la pandilla tuvo a bien confeccionar, o encargar, un cartel donde se pueden ver nítidamente dos ingredientes: un ciclista dibujado y una leyenda: ‘El repechín de Chema’ escrito en letras mayúsculas. Los colegas, que están en todo, añadieron la fecha y la data: Gijón, 2011. Y finalmente, ahí está lo bueno, colgaron dicho cartel de un poste de la luz a buena altura, para protegerlo de vándalos, en el lugar de La Providencia que, suponemos, se corresponde exactamente con el susodicho repechín de Chema.
Una vez tomada conciencia del mencionado cartel, en mitad de un largo paseo hace ya casi un año, pareció oportuno iniciar un proceso investigador en varias direcciones: en especial, el vecindario. Una persona de la zona, querida y próxima, asumió el reto como propio y durante un tiempo alternó los cuidados de su huerta con arduas indagaciones. Sin embargo, pasados un par de meses, tiró la toalla. «Nadie tiene ni idea sobre el repechín de Chema», lamentó resumir. Quedaban algunas puertas por llamar: algunos grupos de ciclistas, el ceramista Alberto Estrada (pues el cartel, tan profesional como luce, podría ser un encargo)… Pero nada. Una investigación más rocambolesca asociaría el hallazgo de la enigmática leyenda con unas bragas negras aparecidas en mitad de la carretera el mismo día de autos. Pero en ámbitos policiales quedó por completo descartada esta truculenta derivada que nos habría llevado a clamar a los cuatro vientos: «Pero Chema, ¿qué hiciste anoche?». Así las cosas, al igual que la amiga de La Providencia, tocó tirar la toalla. Salvo llamar a Paco Lobatón, no parecía haber otra manera de dar con Chema y sus coñones amigos. Queda, finalmente, la opción del periódico, utilizado en ocasiones como plataforma para el hallazgo o identificación de personas. De modo que intercalar a Chema y su repechín, aun no siendo una iniciativa clasificable como urgente, sí podría ciertamente desentrañar un misterio prolongado ya seis años que acaso a estas alturas esté reconcomiendo conciencias en La Providencia.
Vayamos por tanto al grano. Chema, si estás ahí, con el periódico en tus manos, ¡manifiéstate! Y si ya, desgraciadamente, no te encuentras entre nosotros sirvan estas líneas de homenaje adicional al de tus colegas del pedal. ¡Ah! Y si te pillamos en este momento en pleno repechín, bien real o simbólico, que no sea por falta de ánimo: ¡Chema! ¡Chema! ¡Chema! ¡Chema! ¡Chema!
(Publicado en EL COMERCIO el viernes 10 de marzo de 2017)
ÚLTIMA HORA!!!!
Chema ha aparecido. No se pierdan EuroNews.