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Adrián Ausín

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Los errores de Paco Herrera

Triste desenlace. Como el de toda destitución. Paco Herrera, una vez fichado el pasado verano, generó una ola de entusiasmo en el sportinguismo que se tradujo en el logro histórico de rebasar los 24.000 abonados pese al descenso. Parecía el entrenador idóneo. Veterano en Segunda, con un

par de ascensos en su zurrón y pasado rojiblanco. Y, por si paco-herrera17fuera poco, con una extraordinaria complicidad con el nuevo director deportivo del club, lo cual evitaría intolerables roces del pasado inmediato. ¿Qué más se podía pedir? En apariencia nada; bueno sí, algo: acertar en la composición de la plantilla y recuperar la asturianía perdida en la campaña de los dieciséis fichajes. ¿Por qué fracasó? Estos son los aspectos fundamentales a juicio de este forofo juntaletras:

1. La plantilla. Diez fichajes, siete nacionalidades, han sido una vez más un exceso para un teórico equipo de cantera. Desde Rivera, no ha habido un timonel y sigue sin haberlo. Y tampoco llegaron extremos puros, un bien escaso en el fútbol, dicho sea de paso. Cantera y dos o tres buenos fichajes es lo que pedimos todos los autóctonos.

2. Moi Gómez. El empecinamiento de Herrera en utilizar a este jugador ha supuesto en la práctica empezar muchos partidos con diez. Es un fantasma en el centro del campo. Si sale desde el banquillo, curiosamente, su rendimiento aumenta de forma considerable. Pero su titularidad condena al equipo pese a su buena técnica.

3. Jugadores fuera de posición. Alinear a Viguera de extremo izquierdo es anularlo. Alinear a Juan Rodríguez de defensa derecho es una ofensa para el defensa derecho del filial (y eso que fue el mejor del equipo en Barcelona). Alinear a Isma de doble pivote contra el Valladolid es tremendo, con Rachid en el banquillo. Alinear a Alex Pérez de medio contra el Cádiz teniendo a Nacho Méndez en el banquillo… Alinear a Pablo Pérez de extremo derecho y de delantero centro… Los jugadores deben jugar en su posición.

4. Mala gestión de los delanteros. Teniendo cuatro delanteros punteros, un elemento diferencial quizá con el resto de la Segunda, debería tenerse a todos enchufados alineando a los cuatro todos los domingos. Dos titulares y dos relevándolos en el minuto 65. El único engrasado en este momento es Santos y curiosamente rinde muchísimo más cuando sale en las segundas partes.

5. Mala suerte. Las lesiones de Sergio, Bergantiños y Álex López pesaron demasiado. Cuando solo faltó Sergio cometió el gran error de emparejar a Bergantiños con Moi y ahí cavó su fosa Herrera, teniendo a Rachid y Nacho Méndez disponibles. Luego Rachid se autoanuló para Barcelona, lo que debería motivar su despido fulminante sin indemnización simplemente por negarse a currar. Como ocurriría en otro trabajo. Tenía Rachid la oportunidad de su vida tras un año para olvidar y la nena dice que le duele no sé qué. ¡Fuera!

6. La exigencia de estar arriba ha generado ansiedad en entrenador y jugadores y, también, una errónea aura de superioridad en el tramo inicial de la Liga cuando la clasificación daba una idea equivocada de nuestro juego. La máxima de Segunda (y de Primera) es la humildad y la intensidad. Y las hemos ido perdiendo.

barajaPaco Herrera se ha ido como un caballero. Triste, abatido, pero elegante. Transmitió entusiasmo desde el inicio y, sin buen fútbol, cuajó partidos muy serios (excelente primera parte contra el Oviedo, partidos muy serios contra Almería y Leonesa, exhibición facilona ante el Nástic, pegada ante el Lugo..). Sin organizador, con un doble pivote de hormigón armado, no hacía un fútbol vistoso pero la cosa funcionaba. Ahora llega la incógnita de Baraja. ¿Habrá descubierto ya el bloof de Moi en el primer entrenamiento o necesitará tres meses? Muchos pensamos en José Alberto, el extraordinario entrenador del filial. Baraja tiene a su favor una exitosa trayectoria como jugador, buena edad y ganas de triunfar como entrenador. ¿Suficiente? El tiempo dirá si Torrecilla ha acertado. De momento, ha generado poca ilusión. Démosle un margen de confianza y todo nuestro apoyo desde la grada. Las buenas aficiones se distinguen por apoyar a su equipo cuando pintan bastos. Aplaudir goles es lo fácil. Así que, pese a todo nuestro resquemor por el perpetuo olvido de Mareo, pongamos desde la grada nuestro granito de arena. Y seamos humildes. Esa vitola de equipo a batir en Segunda no nos hizo ningún bien. Con humildad e intensidad se consigue lo máximo en el fútbol.

Adiós Herrera. Hasta siempre.
Bienvenido Rubén Baraja

Fotos de EL COMERCIO, de Arnaldo García.

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Sobre el autor

Adrián Ausín (Gijón, 1967) es periodista. Trabaja en el diario EL COMERCIO desde 1995. Antes, se inició en la profesión en Bilbao, Sevilla y Granada. En 2019 escribió para el Ateneo Jovellanos el catálogo 'Gijón Escultural'. Luego publicó la novela por entregas 'Cilurnigutatis Boulevard' en Amazon (2021). De la comedia pasó a la tragedia, sin anestesia, en la distopía 'El buen salvaje' (2022), donde denuncia los peligros para el hombre del abuso de las nuevas tecnologías. 'García' (2023) se pasa al costumbrismo con todos los ingredientes de la novela clásica, ambientada en el Gijón de 1979.


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