Cilurnigutatis Boulevard 31 (Tequila) | Campo y playu - Blogs elcomercio.es >

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Adrián Ausín

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Cilurnigutatis Boulevard 31 (Tequila)

31 Tequila

La jornada tarantininana acabó, cómo no, en el Escocia. Los días de entre semana el Escocia era siempre una caja de sorpresas. Nunca defraudaba. Había amplitud y había siempre ambientillo, sin atascos humanos. Alfredo pinchaba a un ritmo relajado y Manza se bastaba para despachar detrás de la barra, aunque a veces también tenía ayuda. Entraron y se acomodaron en la primera esquina a la izquierda junto a aquel antiguo teléfono de rosca y la tira de bolsas de patatas. Quentin quiso tequila y Cílur y Lifus le siguieron la pista. Tequila para todos, Manza, que enseguida pidió socializar.
-¿Y a esti nun me lo vas a presentar?
-Manza, te presento a Lifus.
-A esi téngolo bien visto. Digo al llargu. (risas)
-Manza; Quentin (este levantó el primer vaso y tras decirle ‘salud’ se lo tragó en un instante).

Veinte minutos después estaban en la parte de atrás echando un fubolín. Cílur cortó la sangría de tequilas, consciente de que al día siguiente tenía una cita importante con Tarita y propuso ‘echar un fubolo’. Estaba libre y por la escalera reclutaron a Pandi, que apareció como por arte de magia recién salido del baño. Estaba con dos amigos  y los dejó aparcados un cuarto de hora para hacer pareja con Cílur contra Quentin y Lifus. La bola rodó a mil por hora. Hubo arrastres, cañonazos, juego sucio e incluso un par de vaselinas. Aquello fue catatónico. Ganó dos partidas cada equipo y la quinta se la llevaron Quentin y Lifus. Mostraron tal ataque de júbilo que parecían haber ganado la Champions.

Bajaron de nuevo a la barra con idea de echar el último tequila. Abajo estaban Ciprus y Pebels sentados en el banco corrido. Acababan de llegar. Amigos y confidentes; dos en uno. Pebels colaboraba cada vez más intensamente con ‘Magullu’ para tener controladas todas las fiestas de la región. Aún no se había lanzado a escribir, pero informaba de todo lo que ocurría, del famoseo que se movía por aquí y por allá; y en ocasiones tomaba también alguna foto. A Ciprus le preguntó por Torquemada; gran objeto de debate de la última proyección de ‘Isabel’ y Quentin enseguida metió baza para hablar de las hogueras de la Inquisición, las brujas y el olor a carne chamuscada. Sus manos iban de abajo arriba como si estuviese aireando la humareda de una pira humana en la plaza pública. Escuchar hablar de las conexiones interestelares le dejó un tanto confundido. Sin embargo, enseguida se integró en la conversación y tomó expreso interés por Chang y por Manolo el granaíno. Hablar del Infierno le encendía poderosamente los ojos, que se le inyectaban de sangre, con un brillo sádico en el cual parecía revivirse a cada instante ‘La matanza de Texas’ o quizá, en su versión, ‘Abierto hasta el amanecer’. A saber cómo escenificaría el infierno en una de sus películas. Sería algo digno de ver y por ahí discurrieron las especulaciones de unos y otros cuando se abrió la puerta del pub e irrumpió la mismísima Tarita acompañada de la Novia de Súper Ratón. Llegaban riendo de lo lindo y fueron directas a la barra. Cílur dio dos pasos adelante y lanzó a Manza:
-Una ronda de tequila par todos. ¿Hace?
-¡Hombre, mira quién está aquí! Quién dijo miedo. ¡Hace! (dijeron las dos casi al alimón)

Se formó un amplio corrillo ante la barra: las damas, Quentin, Lifus, Pebels, Ciprus, Cílur… Y rodaron los tequilas mientras los machomans ponían al corriente a las damas de su debate sobre cómo sería el Infierno, lo cual dio pie a todo tipo de especulaciones. Calderas, agua hirviendo, tridentes, cuernos, rabos, cielos rojizos, vapores, risas ahogadas, calor tipo sauna, mujeres desnudas, hombres empinados persiguiéndolas… La cosa subía de voltaje y cada uno aportaba un dato nuevo, hasta que Tarita apostilló:
-Todo eso… ¡Y Chang por ahí suelto!

Cílur le explicó entonces lo de las conexiones interestelares con Chang y lo que podían vislumbrar del infierno a través de ellas. Pero ella no se creyó ni una letra. La Súper Ratona se mostró más receptiva a la realidad de aquellos encuentros, aunque arqueaba un poco una ceja como para auscultar hasta dónde era vacile y hasta dónde realidad. Quentin quiso dejar claro entonces que ese infierno del que hablaban era en realidad el paraíso y que asesinos, violadores y terroristas no estarían en dicho infierno, sino en otro submundo nada apetecible, donde enseguida Ciprus encasilló también a los políticos, lo cual fue rubricado por unanimidad. La conversación fluía, la música animaba y los tequilas circulaban a buen ritmo.

Después de tres cuartos de hora, Cílur se dio cuenta de que no había hecho las presentaciones de las damas al señor Tarantino, quien se mostró encantado de tener ante sí a la jefa encubierta de ‘Magullu’ y a la gran protagonista de ‘Rebelión a bordo’. Pasaban las dos de la mañana cuando Pebels informó de que ese día había una fiesta caribeña en un sótano del Fomento. Iba a haber salsa de la buena y allá se fueron todos justo cuando entraban en el Escocia Sergio Ramos y Guti acompañados de unas bellas damas. Como siempre, parecían irradiar luz y la más absoluta felicidad.

Ciprus se perdió por el camino; un clásico en él, pero el resto enseguida estaba en pista, con unos mojitos en la mano dándolo todo. Ritmos cubanos, miamol, salsa, bachata, merengue; un combinado explosivo que acabó por formar dos parejas en la pista; la Súper Ratona con Quentin; el punto y la i; y Cílur con Tarita, ante quien desplegó todo un repertorio de pasos inverosímiles espoleados por la cerveza, la sidra, los tequilas y el mojito. Fueron dos horas frenéticas, paraban cinco minutos y enseguida un nuevo ritmo imparable los lanzaba a todos al ruedo de nuevo. Con el último aliento, con el reloj marcando las 4.30 tocaron retirada. Por inercia, las dos parejas de baile fueron caminando hasta la calle de la Merced, cortesía con el invitado yanqui, a quien dejaron a las puertas de su hotel. Cílur se despidió allí también de las damas, pues saldría al Muro camino de casa.

Sobre la marcha, retrasaron la entrevista del día siguiente para la una y media (mandó guasap a Fauno y a Josecho) y se despidió con dos sabrosos besos a Tarita que le supieron a gloria. Se había acercado un poco a los labios y había habido un leve y maravilloso roce entre comisuras. La cosa prometía.

Temas

Gijón y otras hierbas

Sobre el autor

Adrián Ausín (Gijón, 1967) es periodista. Trabaja en el diario EL COMERCIO desde 1995. Antes, se inició en la profesión en Bilbao, Sevilla y Granada. En 2019 escribió para el Ateneo Jovellanos el catálogo 'Gijón Escultural'. Luego publicó la novela por entregas 'Cilurnigutatis Boulevard' en Amazon (2021). De la comedia pasó a la tragedia, sin anestesia, en la distopía 'El buen salvaje' (2022), donde denuncia los peligros para el hombre del abuso de las nuevas tecnologías. 'García' (2023) se pasa al costumbrismo con todos los ingredientes de la novela clásica, ambientada en el Gijón de 1979.


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