A Gijón nunca le falta el humor. Como al conjunto de los españoles. O como a los andaluces. Pero en nuestro caso, con nuestro singular y particular acento. Quedan tres días con sus noches para la cita electoral del domingo. La campaña estaba resultando, para el común, soporífera, aburrida, llena de gráficos y realidades virtuales que ya nadie se toma en serio, con poco mitin a la antigua usanza, apenas cartelerías y aburridísimas notas de prensa de ‘puedo prometer y prometo’. Así las cosas, entre bostezos, amaneció un miércoles diferente. En el Alto Coto, este cilúrnigo se topó a eso de las diez de la mañana con una placa del callejero gijonés verdaderamente innovadora. De lejos, tenía igual formato que esas de ribete rojo coronando el nombre. De cerca, ¡sorpresón!: BATMAN ALCALDE. Así como suena. Calle BATMAN ALCALDE. ¡Qué maravilla! ¡Qué feliz ocurrencia! Tocó frotar los ojos dos o tres veces, pero al abrirlos de nuevo; otra vez se podía leer lo mismo: BATMAN ALCALDE. ¡Bravo! Pero, ¿quién ha osado elaborar unas placas tan homologadas y con tan singular mensaje? ¿a quién felicitamos? ¿a quién nombramos alcalde como premio del público? Misterio sin resolver. Una pista: sobre el escudo de Gijón asoma el oso Yogui. Mmmmm.
El cilúrnigo emprende una profunda investigación. Al final dará frutos. A lo largo del miércoles halla dos placas más confundidas en la urbe. Una linda con Ramón y Cajal: QUE TE VOTE TXAPOTE. Otro nombre innovador para el callejero. Ja ja ja ja. ¡QUE TE VOTE TXAPOTE! Aquel vecino indignado que coló en pleno directo televisivo un mensaje para nuestro embriagador presidente nacional ha visto reproducida su frase en pleno vial gijonés. Segundo hallazgo. Nueva perla electoral en mitad del páramo. Pero no última.
El intenso miércoles preelectoral del cilúrnigo alcanzó el fruto más codiciado ya por la tarde cuando peinaba el güito de la ciudad, su epicentro, ese entorno del Teatro Jovellanos que pisan a diario miles de gijoneses tenía, a cierta altura, una tercera placa para la historia del callejero de nuestra simpar Gigia. Presidiendo una columna, ennobleciendo un soportal, pero mirando a todo el parque, este gijonés del 67 pudo leer lo siguiente: PASEO PEDRO SÁNCHEZ I EL GUAPO. Así de rotundo y de histórico, engalanado por la efigie de nuestro gran Pelayo con su espada y su cruz. Un cartel nítido, limpio, en apariencia homologado por la autoridad, pues sus colores rojo y blanco son los propios de nuestra bella cartelería. Pero con una leyenda que a uno se le antoja humorística, ¿no? PASEO PEDRO SÁNCHEZ I EL GUAPO. Es leerlo y releerlo y decirlo, pero qué guapo es nuestro amado líder, qué guapas sus promesas electorales, qué generoso su bolsillo soltando millones de euros sin cesar a siniestra, siniestro y siniestre, qué alturas sus miras, qué eternamente bella su caída de ojos, su apretura de mandíbula doliente, sus mechones blancos en esa cabellera tan perfecta. Amado líder, precisamente en el miércoles preelectoral en que nos visitaste en formato vespertino (ayer mismo), esta humilde ciudad te dedicó su más señera y concurrida avenida palatina; la de Begoña; pues ese es el nombre de tu amada (y sufrida) dama. Pero tú, oh tú, simplemente tú, ajeno a tanta honra, platicaste a tus masas, posaste con sonrisa de pasta dental y te fuiste raudo en el Falcon ignorando ese PASEO PEDRO SÁNCHEZ I EL GUAPO que te había dedicado la heroica ciudad de Gijón. ¡Qué pena de foto perdida en Begoña! ¡¡¡Tu belleza y tu cartel, oh Pedro mío!!! Vuelve. ¡Vuelve y posa, amado líder!
Hoy es jueves. ¿Habrá más carteles? ¿Nuevas plegarias? ¿Más humoradas? Mostraos Sumos Hacedores del Humor Gijonés que habéis dado un poco de picante a esta tediosa campaña. Decidnos quiénes sois, de dónde venís y adónde vais; y os entregaremos jubilosos las llaves de la jovina urbe. Intuimos en vuestro Batman, en vuestro Txapote, en vuestro Peter el mismo hastío que compartimos los cilúrnigos por la política y los políticos. Imaginamos en vuestras brillantes mentes la condensación de toda una antología del humor y del resquemor; el primero para sobrevivir a tanta estulticia que preside estos tiempos inciertos; el segundo para combatirla, acaso desde la bufonada. Queremos pensar, y pensamos, que nos animáis a abrir los ojos y descreer de todo lo que nos cuentan estos días. Queremos pensar, y pensamos, que os merecéis el cetro. Sentaos por favor en nuestra silla presidencial de la plaza Mayor; y gobernadnos con alegría, con ironía, con nobleza y con sentido común. Como haría Batman, sin duda. Como haría el señor que dijo, y qué bien dicho, “que te vote Txapote”. Como jamás haría Pedro I el guapo, esa carcasa humana rebosante de corrosiva vanidad.
Autores del nuevo callejero gijonés, ¡SALVADNOS!