Toma forma el Noroeste. Esta mañana me acerqué por la obra, cámara en mano, pero no encontré a Barquín. Quizás estuviera camuflado ante una pared blanca y pasara junto a él sin verlo. Bromas aparte, su transparencia ‘made in Caracol’ evoluciona favorablemente. Cualquier día de esos le salen dos coloretines, tipo Heidi, por aquello de haber vuelto a ver la luz. El caso es que su cervecería alemanona, con salchichas y chimenea, también toma cuerpo.
Desde su fachada hay una vista muy guapina: la Cuesta del Cholo, un poco de Muelle y la obra de Mieres en la torre Bankunion si miramos a la izquierda. La escultura de Vaquero ‘Noroeste’ y el incio del Cerro si miramos a la derecha. Y de frente, el Rompeolas. Una esquina estratégica con muchas claves gijonesas, diría yo.
¿Y dentro? Pues, de momento, obra. Obra pura y dura. Pero ya se distinguen cosas a mi juicio importantes: amplitud y luminosidad, sobre todo. Tb pude ver unas cerámicas muy chulas, aunque no sé dónde irán. Barquín se mutó en murciélago al detectarme y esquivó la visita guiada. El próximo día llevo un tirachinas. ¡Así que ándate con ojo!
Ahí van unas fotos robadas: