Tenía 25 años. Estaba de viaje en Kenia. Cuando subió a aquel descomunal árbol convertido en casa en el Aberdare National Park era una princesa. Cuando bajó era la reina de Inglaterra. Su padre, Jorge VI (el tartaja de ‘El discurso del rey’), había muerto. Esta es la historia real de Isabel II, de quien se habla estos días por haber alcanzado los sesenta años de reinado, un hito al alcance de pocos monarcas. Ser rey de los 25 a los 85 es meritorio. Pero iniciar tu gobierno subido a un árbol no es un dato que le vaya a la zaga. Quizás tomó energía suficiente Isabel II de todos los animales salvajes que divisó desde las terrazas de madera del Tree Tops, como se llama este singular árbol convertido en hotel con vistas a una gran charca a la que van a beber a todas horas los más variopintos bichos: elefantes, cebras, ñúes, jirafas, leopardos, hienas, facócheros, orix, dicdics…
Allí estaba Isabel II en 1952. Allí estaba un servidor en 2006. No hallé restos de la realeza británica en las habitaciones (acaso alguna foto conmemorativa de su real visita). Pero sí que pude disfrutar, quizás tanto o más que ella, de esa singular casa de madera rodeada de animales. El ambiente en su interior era un poco tipo campamento juvenil, mientras afuera había un continuo desfile de fieras con el único objetivo de beber agua. Si hay un incendio, pensé, deberíamos bajar a tierra y la cosa podría ponerse verdaderamente fea. Además de agua, los bichos tendrán comida. Pero no lo hubo. Disfruté de aquellos días como un enano, me recreé en la naturaleza que nos rodeaba y recordé a Isabel II. Subió princesa al Tree Tops y bajó reina. Qué suerte tienen algunas. Quizás al príncipe Carlos, todo un sexagenario agotado de esperar su turno, se le ocurra estos días emprender un viaje a Kenia a ver si la historia se repite. Pero el conjuro igual se le vuelve en contra, el Tree Tops es pasto de las llamas y las fieras salvajes se dan un festín de orejón. Careful, Charles! Por mucha mojama que cuelgue de tus pabellones auditivos, no tientes al destino. Que hay mucha hambre en África.