Hoy planteo un sencillo ejercicio de agudeza visual: ¿Dónde está el playu en esta foto? Un gijonés de pro tardaría, calculo, un máximo de tres segundos en identificar al individuo, analizar sus ítems y sonreír. Esta fotografía, publicada por EL COMERCIO hace unos días, en la presentación de los miembros del equipo de salvamento para la temporada playera 2012, está repleta de playos, pues los muchachos y muchachas de rojo pasarán los próximos tres meses en San Lorenzo, Poniente y El Arbeyal a pie de arena controlando que todo vaya bien. Ellos serán playos profesionales, pues ese es el medio en el que trabajarán. Pero nuestra acepción de playu va en otra dirección. El playu exuda gijonesismo por todos los poros de la piel, gusta de usar nuestra playa por excelencia, no se arruga ante nada, es más bien un poco faltón y exhibe en la barra del bar conocimientos pluridisciplinares. Sabe de fútbol, de política, de economía, de astrofísica y de lo que le echen encima. No ha pasado por la universidad, ni falta que le hace. De cualquier asunto que salga a la palestra él emitirá la sentencia más atinada. Y no admitirá réplica. Si alguien se le pone gallu le dirá eso de “vas decime tú a mí…” y santaspascuas.
Cuando vi esta fotografía en el periódico, planteé la gran pregunta a varios compañeros de la sección. Dime cuál es el playu. Todos rieron al instante y señalaron al hombre de la derecha. Curiosamente, hemos de aclarar que a este hombre no le delata el atrezo (aunque acompañe): gafa de sol, bañador, reloj, playerucu con calcetín, barriguita, tatuaje y presunta condición jubilao o prejubilao; pues a media mañana en un día de labor no tenía aspecto de tener mucho que hacer. Su indumentaria es perfecta para la identificación que nos ocupa. Pero esa misma indumentaria se podría quedar en muy poca cosa si no mirase a la cámara con ese desparpajo. Nuestro hombre sabe que el equipo de salvamento está siendo retratado por varios fotógrafos, sabe que si no se echa a un lado él saldrá al día siguiente en los periódicos, sabe que presuntamente no es en absoluto el protagonista del acto; pero todo esto en vez de amilanarlo y decidirle a dejar un mejor ángulo visual a los reporteros gráficos, le proporciona una adrenalina playa especial que le anima a quedarse ahí posando él también. E incluso a mirar con determinación a la cámara. No sabemos si pasaba por ahí o la foto le pilló ya apoyado, pero el resultado es el mismo. Un playu replayu en la escalera 2, la de la rampa, chupando cámara con la naturalidad propia de quien se considera el amo del universo. Así semos en Gijón.
Si en la antigua Atenas había un nutrido grupo de filósofos teorizando a diario entre bellas columnas griegas, en la Asturias actual, en esti Xixón del alma, tenemos un ejército. Están preparados para responder a cualquier pregunta, por difícil que sea en apariencia; a vaticinarlo todo; a aclararnos si España va a ganar o no la Eurocopa; a revelarnos todos los millones que tiene Tini en Suiza; o a explicar qué harían ellos con esi tal Dívar. Si fueran al programa de Sobera reventarían la máquina de la verdad. Y si se quedan paseando por nuestra hermosa playa, matando las horas en bañador y gafas de sol, pueden llegar a convertirse en protagonistas absolutos de todo lo que pase a su alrededor; incluida la foto del equipo de salvamento de la temporada 2012. Los fornidos jóvenes son cincuenta y él es uno. Pero cuando vaya a casa y le cuente a la muyer que taben en la rampa los vigilantes haciéndose una foto la gran estrella será él y sólo él. Así semos los playos, señores y señoras del jurado.